Flexible, biocompatible y moldeable como un tejido vivo. Así es el nuevo implante desarrollado por un equipo del Instituto EPFL (Suiza) que podría ser utilizado para el tratamiento de personas con algún tipo de lesión medular que impide su movilidad. Probado en ratas, el dispositivo, que se implanta en la superficie del cerebro o la médula espinal, logró que los animales parapléjicos puedan volver a caminar.

Imagen
El implante es efectivo porque imita el suave tejido que cubre la espina dorsal, de esta forma el cuerpo no rechaza su presencia.
Su potencial, aseguran los investigadores, es enorme. Además de su uso en lesionados medulares, el e-Dura, que así se llama el prototipo, podría ser empleado en enfermedades como la epilepsia, la enfermedad de Parkinson y o para el manejo del dolor. Los científicos tienen previsto avanzar hacia los ensayos clínicos en humanos y desarrollar su implante para su comercialización.

Hasta ahora los investigadores habían logrado que las ratas parapléjicas volvieran a caminar gracias a una estimulación eléctrica y química. Sin embargo, la aplicación de este método a los seres humanos requeriría implantes multifuncionales que se podrían instalar durante largos períodos de tiempo en la médula espinal sin causar ningún daño a los tejidos. Esto es precisamente lo que los equipos de los profesores Stéphanie Lacour y Grégoire Courtine desarrollaron: el implante e-Dura está diseñado específicamente para su implantación en la superficie del cerebro o la médula espinal. El diminuto dispositivo, explican los investigadores en Science, imita las propiedades mecánicas de los tejidos vivos y es capaz de entregar simultáneamente impulsos eléctricos y sustancias farmacológicas. Y lo más importante, aseguran los expertos, el riesgo de rechazo y de daños en la médula espinal es casi inexistente.

Imagen
La franja electronica se coloca directamente en la espina dorsal.
Elástico y flexible

Los denominados "implantes de superficie" obtuvieron buenos resultados en el control de la marcha; sin embargo, su empleo en la médula espinal o en el cerebro a largo plazo no es viable, porque, cuando se implantan estos dispositivos rígidos debajo de la envoltura protectora del sistema nervioso o duramadre, se produce rozamiento al moverse o estirarse los tejidos nerviosos; y dicha fricción repetida causa inflamación, acumulación de tejido de cicatriz y, como consecuencia, el rechazo.

Pero ahora los expertos resolvieron este problema. Su dispositivo es flexible y elástico, y se coloca debajo de la duramadre, directamente sobre la médula espinal. Gracias a su elasticidad, su capacidad de deformarse y de estirarse es casi idéntica a la de los tejidos vivos que lo rodean. Así, comenta Lacour, se reduce la fricción y la inflamación al mínimo. Y cuando se implantó en las ratas, el prototipo e-Dura no causó daño ni rechazo, incluso transcurridos dos meses. Por contra, los implantes tradicionales, más rígidos, habrían causado, en ese mismo periodo de tiempo, daño en los tejidos nerviosos.

Para probar su prototipo, los investigadores los implantaron en ratas con parálisis y emplearon su protocolo de rehabilitación, que combina la estimulación eléctrica y química. Además de demostrar su biocompatibilidad, el dispositivo confirmó su eficacia al permitir que las ratas recuperaran su capacidad de caminar por su cuenta después de unas semanas de entrenamiento.