Las autodefensas refuerzan sus posiciones al lograr el control de la localidad estratégica de Uglegorsk, que la semana pasada vivió feroces combates además de las crueles y humillantes burlas de los batallones voluntarios de Kiev.

"La muerte nos iguala a todos". Con esas palabras de resignación, un voluntario sepulturero recoge cuerpos abandonados en lo que hasta hace muy poco era un campo de batalla. Días atrás el lugar fue escenario de crueles enfrentamientos. A costa de padecer muchas bajas, las autodefensas lograron la victoria.


"Los dos primeros días nos enfrentamos a una feroz resistencia. El contacto fue directo. La lucha la libramos en cada edificio, en cada piso. Los vecinos trataban de esconderse en los sótanos, pero el Ejército ucraniano los usaba como escudos humanos", relató a RT Tijon, nombre de un comandante de las milicias de Donetsk.


El pueblo de Uglegorsk, situado en las cercanías de la ciudad de Debaltsevo, es un punto clave de la línea de contacto. El camino que pasa por la localidad une los principales centros de resistencia: las ciudades de Donetsk y Lugansk. Los milicianos nos muestran los resultados de los enfrentamientos.


Los vecinos aseguran haber esperado con ansiedad el momento en que las milicias populares liberasen su pueblo. "Los nazis de Kiev saludan a Uglegorsk", reza una inscripción que aún permanece visible en la localidad abandonada por las tropas de Kiev.


Esos son los mensajes que los denominados batallones voluntarios pronuncian en voz alta al pasar. No están integrados en las fuerzas del Ejército ucraniano. Son miembros de grupos neonazis que gozan de una amplia autonomía dentro de las fuerzas armadas. Luchan por sus propios ideales ajenos a los de la mayor parte del pueblo y del propio ejército.
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© Maxim Shemetov
En las cercanías de la ciudad continúan actuando francotiradores. Tienen a su alcance puestos de control y las principales carreteras. La artillería bombardea las posiciones de la milicia.
El llamado cerco de Debáltsevo acoge a un gran grupo de tropas ucranianas y combatientes de batallones voluntarios. Las fuerzas de las repúblicas de Donetsk y Lugansk continúan rodeando la zona, mientras el Ejército ucraniano intenta constantemente romper el cerco.



Como gesto de buena voluntad, el comando de la milicia permite que la parte ucraniana recoja los cadáveres de sus soldados. Representantes de la misión humanitaria evacuan de la zona de Uglegorsk la llamada 'carga 200': los cuerpos de los fallecidos.