(Argentina) - Probablemente, la investigación judicial del caso Nisman se estudiará dentro de unos años en las facultades de Derecho como ejemplo de lo que no se debería hacer. En un escándalo que ha conmocionado a la sociedad argentina, los pasos seguidos por la fiscal y la juez a cargo del caso son cuando menos sorprendentes.
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Pese a que hace 10 días se informó de que no se habían encontrado restos de ADN distintos al de Alberto Nisman, hoy la jueza Fabiana Palmaghini ha revelado que se ha hallado un perfil genético diferente al del fiscal en su apartamento, donde apareció muerto con un balazo en la cabeza el pasado 18 de enero.

En el informe de la fiscal Viviana Fein divulgado el pasado 31 de enero se hacía referencia a los análisis realizados en la pistola, casquillos y ropa de Nisman. No había rastros allí de otro ADN que no fuera el del fiscal que denunció a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner poco antes de morir. Ahora resulta que en los análisis de las muestras se halló otro perfil genético en algún lugar del apartamento que no se ha especificado. Pero, ¿de quién es ese perfil genético?

Para la juez Palmaghini, aunque no lo nombre en su comunicado, el principal acreedor de ese ADN sería Diego Lagomarsino, el asistente informático de Nisman que le prestó la pistola de la que salió la bala que mató al fiscal. Lagomarsino reconoció que fue al piso de Nisman, en el lujoso barrio porteño de Puerto Madero, el día antes de la muerte del fiscal. Éste le habría pedido un arma para su seguridad personal. Debía acudir al Congreso dos días más tarde a detallar su grave denuncia contra el Gobierno por el caso del atentado en la mutual judía AMIA y desconfiaba de sus escoltas.
"Ante los diversos testigos que dieron cuenta de la visita que ... allí asumió el día 17 de enero de 2015, se impone acceder a la solicitud formulada por la Señora Fiscal y -de momento- invitar a ... a que se presente ante el Cuerpo Médico Forense, para que se obtenga a su respecto una muestra de su perfil genético -del modo menos lesivo y sin afectar su pudor ni su integridad física- para cumplir posteriormente con su cotejo"
Reza el comunicado de la jueza del que se desprende que en los puntos suspensivos habría que incluir el nombre del colaborador de Nisman.

Lagomarsino debería así someterse a un contraste de su perfil genético con el de la muestra hallada en el piso de Nisman. Pero aunque su ADN coincida, será difícil extraer consecuencias jurídicas de ese hallazgo. El propio Lagomarsino, que ayer se quedó sin trabajo al ser despedido como informático de la Unidad Fiscal AMIA, donde colaboraba con Nisman, reconoció que se tomó un café cuando fue a ver al fiscal. Pero además de los restos de Lagomarsino, en el piso de Nisman podría haber muchas más huellas genéticas. Por el apartamento de Nisman desfilaron en las horas posteriores a su muerte policías, bomberos, médicos, familiares y hasta el viceministro de Seguridad, Sergio Berni.

La estrategia de la fiscal Fein y de la juez Palmaghini de divulgar los pasos de sus investigaciones a cuentagotas y a diario, a través de comunicados o en declaraciones a distintos medios de comunicación, ha convertido el caso en una suerte de vodevil jurídico, en el que no faltan las pistas que se desmoronan al día siguiente, las informaciones contradictorias y los desmentidos. Al menos Fein ha descartado ya definitivamente tomarse vacaciones, como anunció en su día, en medio del caso más importante de su vida.