Varias partes de Egipto, entre ellas El Cairo, han sido golpeadas en las últimas horas por una fuerte tormenta de arena, mientras en el norte del país se han registrado intensas precipitaciones.
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La circulación de vehículos ha disminuido estos últimos dos días En la capital egipcia, teñida de una capa amarilla por la acumulación de arena, el vendaval derribó algunos árboles y obligó a cerrar ciertas calles.

La agencia estatal de noticias Mena destacó que la tormenta de arena, que ha estado acompañada de una bajada generalizada de las temperaturas, se extendió a provincias del delta del río Nilo como Al Sharqiya y Kafer al Sheij, donde la visibilidad en las carreteras se redujo considerablemente.

El viento causó también cortes de electricidad en algunas provincias, mientras las autoridades aumentaron el estado de alerta para enfrentar cualquiera urgencia y advirtieron a los conductores de reducir la velocidad en las carreteras para evitar los accidentes de tráfico.

La circulación de vehículos ha disminuido estos últimos dos días, sobre todo en las zonas desérticas. En el norte, la actividad pesquera tuvo que ser suspendida debido al aumento de las olas, al tiempo que en la provincia de Damieta las calles de algunas poblaciones se inundaron de agua.

Según expertos meteorológicos citados por la agencia, está previsto que la situación mejore en el interior del país, aunque el viento continuará en la parte norte, afectando a la navegación en el mar Mediterráneo.