Las autoridades rusas han criticado las enmiendas que ha aprobado el parlamento ucraniano sobre el estatus especial de Donbass que tendrían que haber sido el primer paso hacia una regulación política del conflicto. Moscú ha anunciado que las enmiendas contradicen los acuerdos aprobados en Minsk y confían que París y Berlín puedan obligar a Kiev a seguir lo acordado.

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© Mijaíl Metzel / TASS
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, acusó a Ucrania de una "flagrante violación" de los acuerdos de Minsk y se dirigió a los líderes de Alemania y Francia con la propuesta de organizar una advertencia a tres bandas contra Kiev. El portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, aseguró que por culpa de la decisión de la Rada suprema "nos encontramos, seguramente, más lejos de la realización de los acuerdos de Minsk de lo que nos hallábamos hace unos días".

El 17 de marzo la Rada suprema aprobó las enmiendas con la enumeración de las zonas administrativas de Donbass en las que tiene que funcionar un ordenamiento especial de la autonomía local. Su introducción es uno de los momentos clave de la regulación política en el marco del proceso de paz de Minsk, ya que tendrá que permitir iniciar el diálogo con los rebeldes.

Sin embargo, de acuerdo a las enmiendas aprobadas, la realización de un nuevo ordenamiento autonómico se ha aplazado a un tiempo indefinido hasta la celebración de elecciones locales según la legislación ucraniana. La Rada también aprobó una resolución según la cual las regiones insurgentes son consideradas "territorios temporalmente ocupados" y se dirigió a la ONU y a la UE con la petición de enviar cascos azules a la zona.

Serguéi Lavrov destacó que, conforme a los acuerdos de Minsk, al principio las partes tenían que discutir sobre "la modalidad de celebración de elecciones", pero Kiev no debatió nada con los milicianos. El ministro ruso considera que al nombrar como "ocupado" una parte del territorio de Donbass, Kiev de facto anuncia la necesidad de liberar estas zonas antes de implementar la ley sobre el estatus especial que se preveía en los acuerdos de Minsk.
"De las decisiones aprobadas por la Rada se desprende que sólo cuando esos territorios sean dirigidos por personas aceptadas por Kiev, entrará en vigor la ley de estatus especial. Literalmente es un intento de dar la vuelta a todo lo que se había acordado", cita la agencia TASS al ministro ruso.
Los expertos rusos consultados consideran certeras las valoraciones de las autoridades rusas. El tránsito hacia la regulación política significa la necesidad de que las autoridades ucranianas acuerden una serie de acciones con los líderes de las regiones rebeldes, tal como está estipulado en los acuerdos de Minsk, explicó a RBTH Dmitri Danílov, director del Departamento de seguridad europea del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia. "Este punto (de acuerdos de Minsk) no se cumplió, no hubo ningún tipo de consulta, se introdujeron unas enmiendas inaceptables para una de las partes", considera este experto.

Algunos expertos interpretan los últimos pasos de Kiev como la prueba de que Ucrania no tiene ninguna intención de conceder un estatus especial al Donbass. Según Mijaíl Alexandrov, experto del Centro de investigaciones militares-políticas de la Universidad MGUIMO, la falta de voluntad de las autoridades ucranianas de llevar a cabo consultas en las autoproclamadas repúblicas también queda corroborada con el hecho de que Kiev no haya incluido en la lista de las zonas con un estatus especial una serie de territorios que ahora están bajo control de los rebeldes.

Los representantes de las repúblicas populares de Donetsk y de Lugansk expresaron opiniones parecidas cuando el 17 de marzo dijeron que "Kiev no quiere la paz".

Mientras tanto, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, anunció el miércoles que "Ucrania es consecuente con el cumplimiento de los acuerdos de Minsk para la desescalada de la situación".

Los expertos rusos destacan la importancia de respetar los acuerdos de Minsk y la búsqueda de mecanismos que puedan ejercer influencia sobre Kiev como, en primer lugar, Alemania y Francia, miembros del "cuarteto de Normandía". "Berlín y París...tienen que aceptar la parte de responsabilidad con la que se comprometieron cuando firmaron los acuerdos Minsk", considera Danílov.

Al mismo tiempo, Alexandrov destaca que la historia de este conflicto demuestra que es poco probable que Occidente ejerza algún tipo de presión real sobre las autoridades de Ucrania.