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Hace unos minutos, haciendo mi habitual recorrido matinal de noticias me encontré con una nota que sólo por su título llamó mi atención: ¿Por qué Luke Skywalker ahora tendría que derrotar al Estado Islámico?.

Aunque no soy un fanático a rabiar de la fabulosa saga, sí puedo decir que soy un ferviente simpatizante. Desde mi humilde perspectiva, la historia es muy rica en analogías con la realidad que nos circunda y tiene profundos vínculos con un conocimiento arcaico casi perdido en el tiempo que si no fuera por la admirable inspiración de algunos artistas quedarían accesibles sólo para unos pocos individuos sobre el planeta.

Así que presa de mi curiosidad hice click sobre el titular y me hallé ante una colorida nota cuya frívola hipótesis era que Luke Skywalker, el héroe de la segunda parte de la saga, si existiera en nuestra realidad lucharía contra el Estado Islámico (EI, EIIL, ISIS, ... llámelo como quiera). La extrapolación, que de por sí está basada en cuestiones geográficas relacionadas a los lugares donde fue hecho el rodaje del film, me pareció cuando menos simplista y superficial; y eso si no cambio mi mente a modo hiper-atento-paranoide, porque de hacerlo seguramente se me ocurriría que esta tonta interpretación quizá no sea tan accidental y exista en el fondo la idea de influenciar la forma en que algunos sujetos asimilan la arquetípica batalla entre las fuerzas del bien y del mal.

Ya sé, quizá usted piense que estoy yendo demasiado lejos aquí, pero si presta atención a la nota original verá que la información de base está tomada nada más y nada menos que de la CNN, los conocidos voceros del verdadero verdadero Imperio en el que habitamos y sin duda un soldado fiel a la hora de distorsionar la información a favor de los intereses Imperiales.

Es por eso que en virtud de lo que considero mínimamente un gran desatino, me he tomado la prerrogativa de exponer aquí mi propia hipótesis de cómo se comportaría hoy en día un eventual Luke Skywalker de nuestros tiempos.

En la segunda parte de la saga original, Luke, al igual que la orden de los Jedi (o lo que queda de ella), luchan contra el Imperio Galáctico... ¿Leyó bien?... escribí EL IMPERIO... no contra una revuelta local en algún planeta perdido de la galaxia. Y el Imperio, como es mostrado en la trilogía (partes 4, 5, y 6 de la saga completa) es una súper-estructura despótica y dominante que pretende gobernar toda la galaxia. Esta súper-estructura es creada gracias a las viles maquinaciones de un político, el canciller Palpatine, quien resulta ser un malvado "sacerdote" de una mítica orden perversa y depravada conocida como los Sith, que presa de su inagotable codicia, anhela dominar y controlar todo el territorio galáctico hasta los confines del Universo mismo.

Este ruin personaje logra su cometido gracias a la corrupción de buena parte del senado perteneciente a una supuesta república que es presentada en la primera parte de la saga con una fachada democrática, aunque verdaderamente se trasluce con facilidad la putrefacción que está en curso en su seno y que finalmente llegará hasta las entrañas mismas del gobierno galáctico.

También puede verse que algunos senadores de la República realmente tienen fe en el sistema republicano e intenciones de paz y justicia, pero que en forma aislada apenas pueden contrarrestar el efecto de una masa cada vez mayor de senadores que van desde la simple indiferencia y complacencia, hasta la participación voluntaria en una conspiración de proporciones cósmicas. Este proceso de descomposición tiene fuertes conexiones con lo que Andrew Lobaczewski dio por llamar proceso ponerogénico o ponerización. Lobaczewski describe este proceso de la siguiente forma:
"En algún momento de su vida, cada organismo humano sufre períodos durante los cuales la resistencia fisiológica y psicológica decaen, facilitando el desarrollo de una infección bacteriológica interna. De manera similar, una asociación humana o un movimiento social [o cualquier tipo de organización humana] sufren períodos de crisis que debilitan su cohesión ideológica y moral. Puede ser que esto sea causado por una presión ejercida por parte de otros grupos, una crisis espiritual general en el ambiente, o la intensificación de su condición histérica."
Dicho todo esto, no creo que sea necesario ser muy explícito aquí para señalar que si debiéramos desarrollar una analogía, o en tal caso interpretar la metáfora del mundo ficcional desplegado por la saga, lo último que vendría a mi mente es una asociación de algún tipo entre el Imperio Galáctico de Star Wars y el Estado Islámico de nuestra querida canica azul. En cambio una y otra vez rondaría mi mente las patentes y obvias similitudes entre el Imperio Galáctico y el Imperio Occidental encabezado por EE.UU. y secundado por una aglomerado de naciones secuaces que pretenden someter todo el planeta a su oscuro y perverso dominio.

Este Imperio real en el que vivimos, también tiene una fachada democrática y posiblemente una suerte de "emperador", que aunque no sea tan visible, ni tampoco sea en sí una única persona, es un grupo muy pequeño de sujetos que albergan en su interior los mismos malignos intereses que se le atribuyen a la Orden de los Sith.

Por lo tanto, vincular usando como único argumento que el rodaje del film fue hecho en Túnez (donde por cierto hoy opera una célula de este grupo de extremistas) al Imperio Galáctico con el Estado Islámico y afirmar que Luke lucharía por acabar con él si existiera en nuestros días, es cuando menos una burda torpeza.En todo caso es sabido por todos que en última instancia el Estado Islámico es una creación de EE.UU. y, en definitiva, un brazo armado del Imperio que esta nación encabeza.

En conclusión, si tuviera que responder a la pregunta de contra quién lucharía un supuesto Luke Skywalker contemporáneo, mi respuesta sería simple y concisa: contra las huestes infernales del Imperio Occidental que tiene su centro de gravedad y eje en EE.UU..