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Huellas de masticación humana en huesos también humanos. Fuente: Museo de Historia Natural.
Restos de hace 15.000 años (Paleolítico) muestran que los humanos practicaban el canibalismo, además de tallar restos humanos para hacer, por ejemplo, tazas-cráneo.

El yacimiento inglés de la cueva de Gaugh presenta también abundantes restos que indican que el canibalismo no era para alimentarse, sino que formaba parte de un ritual.

Huellas de masticación humana en huesos también humanos. Fuente: Museo de Historia Natural.

El análisis de cadáveres antiguos recuperados en un famoso yacimiento arqueológico inglés confirman la existencia de una cultura sofisticada de canibalismo, despiece y talla de restos humanos, según un equipo de científicos del Museo de Historia Natural de Londres, del University College, y de varias universidades españolas.

Se pensaba que la cueva de Gough (Cheddar, Somerset) había desvelado ya todos sus secretos cuando en 1992 terminaron las excavaciones del lugar; sin embargo, la investigación sobre los huesos humanos encontrados allí ha continuado en las décadas posteriores.

Después de su descubrimiento en la década de 1880, el lugar se convirtió en una cueva de exhibición y se vació en gran parte de sedimentos, a veces con una supervisión arqueológica mínima. Las excavaciones descubrieron huesos humanos procesados ​​intensamente y mezclados con abundantes restos descuartizados de grandes mamíferos y una diversa gama de objetos de sílex, hueso, cuerno y marfil.

Las nuevas técnicas de carbono-14 han revelado que los restos se depositaron durante un período muy corto de tiempo, posiblemente durante una serie de ocupaciones estacionales, hace unos 14.700 años (Paleolítico). Es posible, señala el Museo en su web, que regresaran a la zona durante cortos periodos de tiempo para cazar, o quizás también para enterrar a sus muertos.

La investigadora principal, Silvia Bello, del Departamento de Ciencias de la Tierra del Museo de Historia Natural, explica en la nota de prensa, recogida por AlphaGalileo: "Los restos humanos han sido objeto de varios estudios. En un análisis previo, pudimos determinar que los restos craneales se habían modificado cuidadosamente para crear tazas-cráneo. Durante esta investigación, sin embargo, hemos identificado un grado de modificación humana mucho mayor que el registrado hasta ahora. Hemos encontrado evidencias confirmadas de descarnamiento, desarticulación, masticación humana, trituración de hueso esponjoso, y de crujido de huesos para extraer la médula."

Dientes


La presencia de marcas de dientes humanos en muchos de los huesos proporciona evidencia incontrovertible de canibalismo, sgún el equipo.

En un contexto más amplio, el tratamiento de los cadáveres humanos y la fabricación y uso de tazas-cráneo en la cueva de Gough tiene paralelismos con otros yacimientos antiguos de Europa central y occidental.

Pero la nueva evidencia de la cueva de Gough sugiere que el canibalismo durante el periodo Magdaleniense fue parte de una práctica mortuoria habitual que combinaba el procesamiento intensivo y el consumo de los cuerpos con el uso ritual de tazas-cráneo.

Simon Parfitt, del University College de Londres, dice: "Un asunto recurrente en este período es la notable escasez de enterramientos y que se suelen encontrar restos humanos mezclados con restos de ocupaciones en muchos sitios. Un análisis más detallado similar al utilizado para estudiar la cueva de Gough ayudará a determinar si el tipo de canibalismo ritual practicado es un fenómeno regional (creswilliense), o una práctica más extendida a lo largo de todo el mundo Magdaleniense".

Homenaje o venganza

Los primeros humanos modernos que vivieron en la cueva de Gough eran magdalenienses, un grupo cultural de cazadores-recolectores, que se originó en el suroeste de Europa. Probablemente entraron en Gran Bretaña desde Bélgica y los Países Bajos cuando el clima se calentó, hace unos 15.000 años.

Como explica el Museo en su web, eran fabricantes de herramientas cualificados. Además de miles de herramientas de piedra, las excavaciones en la cueva encontraron tallados de marfil y asta de reno, y agujas y punzones (utilizados para perforar agujeros) creados a partir de huesos de animales pequeños.

Los caballos eran claramente una fuente importante de alimento, y con frecuencia sus huesos mostraban marcas de corte y patrones de rotura en consonancia con la extracción de los nutritivos cerebro y la médula ósea, complementados con otros animales como ciervos, urogallos y liebres.

La preparación minuciosa de las tazas-cráneo humanas, así como la aparente abundancia de carne de animales, sugieren que el canibalismo no era sólo para satisfacer el hambre. En lugar de ello, parece probable que la gente de la cueva de Gough se comiera a sus contemporáneos y conservara sus cráneos como parte de un ritual. Ya fuera, señala el Museo, como un trofeo macabro, o como una manera de venerar a los parientes muertos.

Referencia bibliográfica:

Silvia M. Bello, Palmira Saladié, Isabel Cáceres, Antonio Rodríguez-Hidalgo, Simon A. Parfitt: Upper Palaeolithic ritualistic cannibalism at Gough's Cave (Somerset, UK): The human remains from head to toe. Journal of Human Evolution (2015). DOI: 10.1016/j.jhevol.2015.02.016