Sant Jordi
Escultura de bronce de Sant Jordi (Frederic Marès) que se encuentra en el Salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat.
Según la tradición popular, Sant Jordi era un militar romano nacido en el siglo III en la Capadocia (Turquía). El santo, que servía bajo las órdenes del emperador Diocleciano, se negó a ejecutar un edicto del emperador que le obligaba a perseguir a los cristianos y por esta razón fue martirizado y decapitado por sus coetáneos. Muy pronto se empezó a venerar como santo en la zona oriental del Imperio Romano y enseguida aparecieron historias fantásticas ligadas a su figura.

Diocleciano
© Giovanni Dall'Orto.Busto de una estatua del emperador romano Diocleciano en el Museo Arqueológico de Estambu

La gesta de Sant Jordi y el dragón se hizo popular en toda Europa hacia el siglo IX y fue recogida por el arzobispo de Génova, Iacopo da Varazze, más conocido como Iacobus de Voragine, en 1264, en el libro L' . En esta versión, sin embargo, la acción transcurría en Libia.

Sant Jordi y el dragón
La versión de la leyenda más popular en Cataluña explica que en Montblanc (Conca de Barberà) vivía un dragón terrible que causaba estragos entre la población y el ganado. Para apaciguarlo, se sacrificaba al monstruo una persona escogida por sorteo. Un día la suerte señaló a la hija del rey, que habría muerto de no ser por la aparición de un bello caballero con armadura que se enfrentó al dragón y lo mató. La tradición añade que de la sangre derramada nació un rosal de flores rojas.

Esta misma leyenda, con ligeras variaciones, se repite en las tradiciones populares de Inglaterra, Portugal y Grecia, entre otros países.

rosa y libro
Una rosa y un libro para el Día del Libro