La Policia Nacional ha detenido en Tarragona a cinco miembros de un grupo organizado que se dedicaba a asaltar viviendas de lujo y que, supuestamente, tramaban la compra de un riñón para el hijo del jefe de la banda. Los detenidos pretendían aprovecharse de un inmigrante que se encontraba en una precaria situación económica para extirparle un riñón a cambio de 6.000 euros en efectivo.

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© Josep Ll. SellartLa casa de los detenidos en Montroig.
La Policía Nacional se ha encargado del operativo de la desarticulación de la trama y ha estado dos años investigando en colaboración con la policía belga, la alemana y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

A nivel global, se han producido 48 detenciones y fuentes policiales dan por desarticulada la organización criminal, que tenía su base en las comarcas de Tarragona pero capacidad operativa para asaltar casas y pisos en distintos puntos del territorio.

Las maniobras para conseguir un riñón fuera de los trámites convencionales pusieron en alerta a las autoridades, tanto las policiales como las vinculadas a la ONT, y se inició una investigación que se ha saldado con el descubrimiento de una trama para aprovecharse de esta persona.

A cambio de 6.000 euros se le extirpaba el riñón que debía servir para tratar de sanar al hijo del jefe de la banda, aquejado de problemas renales y que venía recibiendo tratamiento de diálisis.

En último momento, el donante se echó para atrás y la banda optó entonces por secuestrarle, golpearle y amenazarlo de muerte. Entonces, la Policía Nacional se decidió a intervenir para evitar la extirpación que ya tenían planeada.
El hospital llegó a comprobar la compatibilidad del donante

E. G. SEVILLANO

Donar un órgano en vida en un hospital público español es un proceso largo y sometido a estrechos controles. La legislación obliga a garantizar que la donación sea desinteresada y no busque ningún beneficio económico. Incluso si el donante es un familiar del enfermo - madre, padre, hermanos...- la ley exige pasar por un comité de ética y por la aprobación final de un juez. Más temprano que tarde, los controles habituales habrían frustrado el intento de compra de un riñón por 6.000 euros en Tarragona. En este caso, el proceso había avanzado hasta las pruebas médicas en el hospital. Donante y receptor eran compatibles.

El enfermo, de unos 30 años y nacionalidad serbia, hijo del presunto cabecilla de una organización criminal internacional, padecía una insuficiencia renal que le obligaba a someterse a diálisis en el hospital de Tarragona. Cuando encontró un donante, acudió con él a su hospital de referencia para un trasplante, el hospital de Bellvitge, en Barcelona. El donante era de nacionalidad marroquí y estaba en situación irregular en España. Según el protocolo, antes de autorizar la donación, se inician los estudios médicos para descartar enfermedades y comprobar la compatibilidad: análisis de sangre, radiografías, exploración física...

La Policía supo del intento de compra del riñón por escuchas durante la investigación de las actividades criminales de la red y alertó a la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Para cuando intervino, el trasplante aún estaba lejos de completarse. El equipo médico había pedido al receptor alguna prueba documental de su relación de amistad con el donante. Ese documento nunca llegó a la consulta. "Si hay dudas razonables, se pide que se constate el vínculo entre donante y receptor", explica Rafael Matesanz, director de la ONT.

Matesanz relata cómo, en intentos previos de compra de órganos, lo que suele ocurrir es que el receptor presenta al donante como un amigo de muchos años que ha decidido voluntariamente donarle un riñón. Cuando no se trata de un familiar, ni siquiera de una persona del mismo país, se levantan sospechas. Así ocurrió en el único caso conocido en España de venta de órgano hasta ahora, el de un rico libanés que intentó comprar parte del hígado de varios inmigrantes. El coordinador de trasplantes desconfió cuando le presentaron al donante como el novio de la sobrina del receptor.