levadura placa agar
© Rainis VentaLevadura del panadero creciendo en una placa de agar.
Publicado en Bitnavegantes

Se ha sido diseñado una levadura viva, que es parte humana y parte hongo, mostrando cómo, a pesar de mil millones de años de evolución que separa a los humanos de la levadura, las dos especies comparten cientos de genes en común.


Los genes siguen formando parte de los seres humanos y la levadura desde último ancestro común.

"Las células utilizan un conjunto común de parte de esas partes, incluso después de mil millones de años de evolución independiente, son intercambiables", según decía Edward Marcotte, profesor de la Universidad de Texas en Austin, en un comunicado de prensa.

"Es una hermosa demostración de la herencia común de todos los seres vivos, ser capaz de tomar el ADN de un ser humano y reemplazarlo por un ADN coincidente de una célula de levadura y apoyar con éxito la vida de la célula."

Esto es justo lo que hicieron Marcotte y sus colegas, tal como lo describen en su estudio publicado en la revista Science. Aunque la levadura (como la levadura de ese pan que guarda en su refrigerador ahora) se compone de una sola célula, y los seres humanos tienen miles de millones de células organizadas en sistemas complejos, aun así comparten múltiples genes entre ambos.

De ellos, unos 450 son críticos para la supervivencia de la levadura, por lo que los investigadores quitaron la versión de levadura de cada uno y lo reemplazaron con la versión humana, entonces esperaron para ver si moría la levadura.

Terminaron crando cientos de nuevas cepas de levaduras, cada una con un solo gen humano. Alrededor de la mitad de ellos dio lugar a un organismo que podía sobrevivir y reproducirse.

Si bien esto puede sonar como un inquietante experimento de Frankenstein, el objetivo es producir una nueva forma de investigación de enfermedades genéticas humanas causadas por mutaciones.

De hecho, es una investigación de vanguardia, dado que la técnica podría ayudar a reducir o incluso eliminar el testeo en animales vivos.

Otro de los beneficios es que el testeo podría conducir a tratamientos diseñados para un individuo en particular. Por ejemplo, los investigadores podrían insertar versiones precisas de una mutación genética humana en la levadura y luego exponerla a diferentes fármacos para probar nuevas terapias. Como resultado, los tratamientos podrían ser adaptados a la mutación genética exacta de una persona.

Una técnica similar podría ser utilizada para probar tratamientos en perros y gatos.

"Podríamos averiguar si uno de los tratamientos estándar funcionaría en su versión particular del gen o si tal vez otro fármaco sería aún mejor", explicó el coautor Noel Wilke.

Los diversos genes también podrían ser capaces de ser insertados a su vez en la levadura, y permitir que los investigadores examinen los sistemas de forma más completa en lugar de solamente un único gen mutado.