¿Fue una migración masiva, o por el contrario un lento pero perseverante paso de personas, cosas e ideas, lo que dio lugar al mapa demográfico de Europa y Asia Central que vemos hoy en día? La Edad del Bronce (hace entre 5.000 y 3.000 años) fue un período den grandes cambios culturales. Pero el cómo surgieron esos cambios ha estado rodeado de misterio.

Tanto arqueólogos como lingüistas han desarrollado teorías acerca de cómo las culturas e idiomas se propagaron en Eurasia. El equipo internacional del genetista Morten Allentoft, del Centro de GeoGenética en el Museo de Historia Natural de Dinamarca, adscrito a la Universidad de Copenhague en dicho país, se ha sumado ahora a dichos esfuerzos ofreciendo una explicación basada en una cantidad récord de análisis de ADN de esqueletos humanos de la Edad del Bronce.
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© Natalia ShishlinaCalavera de individuo de la Cultura Yamna

El objetivo en este nuevo estudio era entender los grandes cambios sociales y económicos que sucedieron al principio del tercer milenio antes de Cristo, abarcando desde los Urales hasta Escandinavia. La organización que tenían las antiguas culturas agrícolas neolíticas fue reemplazada por una percepción totalmente nueva de la familia, la propiedad y la identidad individual. Muchos arqueólogos comparten la opinión de que estos cambios surgieron como resultado de migraciones masivas.


Comentario: Y no hay nada mas fuerte para impulsar una migración masiva que una catástrofe masiva.


Con esta nueva investigación, los científicos confirman que dichos cambios aparecieron como resultado de las migraciones. Creen que esto es interesante también porque ciertos desarrollos posteriores en la Edad del Broce son una continuación de esta nueva percepción social. Todo encaja porque las migraciones pueden asimismo explicar el origen de las familias de idiomas del norte de Europa. Tanto el lenguaje como la genética han estado con nosotros desde el principio.

Uno de los hallazgos principales del estudio es cómo estas migraciones resultaron en enormes cambios en el acervo genético europeo, en particular proporcionando un grado de mezcla grande en las poblaciones actuales. Genéticamente hablando, los antiguos europeos de la época posterior a estas migraciones se parecen mucho más a los europeos modernos que a los de antes de la Edad del Bronce.

La reescritura del mapa genético se inició a principios de la Edad del Bronce, hace unos 5.000 años. Procedente de las estepas del Cáucaso, la cultura Yamna se propagó principalmente hacia el oeste hacia Europa Central y el Norte de Europa, y en menor medida, hacia Siberia occidental. La cultura Yamna se caracterizaba por un nuevo sistema de familia y propiedad. En el norte de Europa, los Yamna se mezclaron con los pueblos de la Edad de Piedra que vivían en la región y en el transcurso de este proceso establecieron la cultura de la Cerámica Cordada, que genéticamente hablando se parece a los europeos actuales que viven al norte de los Alpes.

Más tarde, hace unos 4.000 años, apareció la cultura de Sintashta en el Cáucaso. Las sofisticadas nuevas armas y carros de esta cultura se expandieron rápidamente a lo largo y ancho de Europa. El área al este de los Urales y muy hacia el interior de Asia Central fue colonizada hace unos 3.800 años por la Cultura de Andrónovo. La nueva investigación muestra que esta cultura tiene un ADN básicamente europeo.

Durante la última parte de la Edad del Bronce, y al principio de la Edad del Hierro, los pueblos de Asia Oriental llegaron a Asia Central. Aquí no vemos una mezcla genética, sino un reemplazo de genes. Los genes europeos desaparecieron en la zona. Genéticamente hablando, los pueblos de Asia Central fueron europeos hasta hace un par de milenios.

Gracias a los análisis de ADN en esqueletos desenterrados en muchos puntos de grandes zonas de Europa y Asia Central, se ha llegado a estos hallazgos importantes sobre la dinámica poblacional de la Edad del Bronce