El asesino de 9 personas en una iglesia de Charleston (Carolina del Sur), Dylann Roof, ha confesado a la policía su intención de asesinar civiles para sembrar el caos y el odio.

"Quería iniciar una guerra racial", ha admitido durante su interrogatorio Roof que compareció hoy viernes por videoconferencia ante el juez que le hizo lectura de sus cargos y fijó la fianza en un millón de dólares estadounidenses, al tiempo de dictaminar que el joven permanecerá en custodia.
dylan roof
© REUTERS/ POOL

Mientras el FBI y las autoridades locales redoblan la investigación ya se sabe que Roof fue detenido gracias a que una conductora, Debbie Dills, vio un coche de aspecto similar al que supuestamente conducía el asesino, y lo siguió durante más de 50 kilómetros mientras informaba por teléfono a las autoridades.

También ha trascendido que Roof, conocido entre sus amistades por sus veleidades racistas y su admiración por la Sudáfrica del Aparheid, respondió a una de sus víctimas, que suplicaba clemencia, "Habéis violado a nuestras mujeres, y estáis tomando el país... Sólo hago lo que tengo que hacer".


Comentario: "Solo hago lo que tengo que hacer..." suena como "solo estaba siguiendo ordenes" es la excusa perfecta de un asesino para deshacerse de la responsabilidad por sus actos.


La matanza, que llevó al presidente Obama a preguntarse si alguna vez EEUU corregirá las causas de "una violencia que no se da, y desde luego no con esta frecuencia, en el resto de países desarrollados", podría conducir a Roof a la silla eléctrica.

Nikki Haley, gobernadora de Carolina del Sur, ha declarado que "estamos heridos tras la muerte de 9 inocentes, y sin duda queremos la pena de muerte".