En el corazón de los sabios mora la sabiduría,
 pero los necios ni siquiera la conocen...
Proverbio
Cuando aparece, en algún lugar, conversación, tertulia, reportaje, la palabra "ablación", enseguida la mente del ciudadano de a pie viaja hacia territorios africanos, barrios europeos de inmigrantes o áreas donde los "burkas" le ganan por goleada a los shorts. Sin embargo, nadie recuerda, obviamente, porque a nadie le interesa que así sea, que la ablación se practicaba en no pocos psiquiátricos también en Europa hasta la década de los 30 del siglo pasado, como poco. ¿Para qué? Para tratar la histeria, la melancolía...

ablación
Histeria proviene del término griego hustera, útero, matriz.


No pocas mujeres de forma completamente voluntaria, hoy, se someten a todo tipo de intervenciones quirúrgicas que afectan a sus genitales. No, no son negras, no son orientales, ni pobres. Son blancas, de clases acomodadas. Y lo hacen en hospitales y clínicas cuyas minutas no son baratas. La vaginoplastia se lleva a cabo para el "rejuvenecimiento" vaginal, también se procede al estrechamiento vaginal, se reducen los labios vaginales, se consuma el "revirgenamiento" o reparación del himen, incluso también se practica la extirpación de la capucha del clítoris. Por no hablar de las clínicas donde se llevan a cabo implantes capilares púbicos a gusto del paciente (o del marido o la compañera de la paciente) y los ya consabidos implantes mamarios. Todas estas prácticas pueden tener sus riesgos. Pero, en cualquier caso, se practican de forma voluntaria. O supuestamente voluntaria, si es que tenemos en cuenta la presión social, mediática y popular por el culto al cuerpo en nuestra sociedad consumista. ¿Las personas que se someten a estas cirugías están sanas mentalmente? A mí me cuesta creer que una sociedad en la que esto es normal sea una sociedad mentalmente pulcra. Pero no estamos aquí para hablar de eso. Sino de la ablación "a la europea".

¿DANDO EJEMPLO AL MUNDO?

Somos el centro del mundo, el eje a partir del cual se expande toda la cultura, damos ejemplo a todo el mundo de cómo proceder en todo... Sin embargo, borramos nuestra propia historia para no avergonzarnos porque quizás no somos tan europeos como nosotros mismos predicamos. Sí, señores, la ablación se practicaba en Europa en algunos centros psiquiátricos para "tratar" a mujeres que no respondían a los cánones clásicos de los tiempos victorianos. Y en la Edad Media, en zonas muy cristianas, también se cometían tales villanías sin ningún escrúpulo ni escándalo plebeyo. Dicho esto, por si alguien no se ha enterado todavía, digamos que la ablación ritual no tiene nada que ver ni con el islam ni con la cristiandad, pese a que se lleve a cabo, hoy, en su mayoría, en zonas de mayoría cristiana o musulmana, sea en África o en otras zonas del globo. Es una práctica anterior, ancestral, no basada en ninguna tradición espiritual. Se trata de una práctica realmente horrorosa, bochornosa y salvaje, impropia de un ser humano.

UNA CRÍTICA DESDE EL FEMINISMO

Itsasne Gaubeca Vidorreta, formadora de Educación Sexual y Agente de Prevención de Violencias de Género, es activista feminista licenciada en Sociología. Ha dejado escrito: "Si hacemos memoria y regresamos un instante, no tantos años en la historia europea, a la Inglaterra Victoriana del siglo XIX, nos encontramos con:
que prácticas como la masturbación, la histeria, la hipersexualidad o el lesbianismo, consideradas síntomas de trastornos sexuales, se pretendían curar con prácticas quirúrgicas como la clitoridectomía (extirpación) o la histerectomía (eliminación de útero y ovarios). Estos tratamientos llegaron a ser prácticas habituales en algunos psiquiátricos hasta 1935 para tratar la epilepsia o la melancolía".
La doctora continúa: "A lo largo del siglo XIX, la clitoridectomía o extirpación del clítoris como operación para tratar una serie de trastornos médicos como la epilepsia, la locura, la catalepsia y la histeria estaban a la orden del día. En la Inglaterra Victoriana, el prestigioso ginecólogo Isaac Baker Brown, especialista en enfermedades de mujeres y fundador de la Casa Londinense Quirúrgica de la Mujer, realizó innumerables clitoridectomías basándonse en una teoría poco fiable pero ampliamente aceptada, antes de que la Sociedad Obstétrica de Londres le expulsara bajo la acusación de la realización de dichas extirpaciones sin el consentimiento de las pacientes. Brown, que mantenía la idea de que la masturbación femenina conducía a estados de histeria y epilepsia y a la idiotez o la muerte en posteriores estadios, defendió junto con tantos otros médicos de la época, que aceptaron sus postulados, la eliminación del clítoris como tratamiento y prevención de lo que estimaban una degeneración de las mujeres, una operación que consideraban inofensiva para tratar a sus pacientes".

El doctor Brown
El doctor Isaac Baker Brown
El citado doctor Brown llegó a escribir. "Estas enfermedades hacen que las mujeres se torneninquietas y excitables, omelancólicas yretraídas,apáticase indiferentesa las influencias sociales de la vidadoméstica". También escribió: "A menudo se exhibe unagran disposiciónpara lo nuevo, el pacientedeseaescaparde casa, deseandoconvertirse enuna enfermeraen los hospitales...A estossíntomasenlamujersoltera,oen elmatrimonio, se añade eldisgusto porel acto conyugal".

DE FORMA BELIGERANTE

La autora concluye: "Sin ánimo de defender la ablación del clítoris por motivos rituales y de omitir los consecuentes perjuicios irreparables que a menudo conlleva, es cuanto menos curioso que, frente a la libertad de decisión ofrecida para la modificación de los genitales femeninos con motivaciones estéticas, el corte ritual esté totalmente prohibido a pesar de que sea una mujer adulta la que dé el consentimiento para someterse a él. La única diferencia apreciable radica en que éstas últimas se realizan sobre mujeres blancas en clínicas y hospitales con el fin de mejorar el aspecto físico o la satisfacción sexual, en lugar de celebrar un ritual ancestral, del cual las mujeres son consideradas víctimas pasivas". En unos y otros casos, se agrede a la mujer y a la condición femenina, de una forma beligerante, brutal y justo allí donde lo sagrado se muestra en su máxima plenitud. Muchas mutiladas, además, son niñas...

LOS APOYOS DE BROWN


En aquellos tiempos, no pocos maridos, padres, hermanos, curas y políticos estaban obsesionados con evitar la masturbación femenina a toda costa. Según algunos de estos especialistas, "esta práctica producía histeria, epilepsia, catalepsia, ninfomanía y lesbianismo. Los textos médicos de la época prestan prácticamente una nula atención por el aparato genital femenino. La Sociedad de Obstetricia de Londres acabó expulsando a Brown, sí, pero muchos doctores le prestaron su apoyo. Y rotativos hoy tan prestigiosos como el Times.

Y hasta el arzobispo de Canterbury mostró su beneplácito ante tales prácticas inhumanas. Legalmente, en Inglaterra, esta práctica no se prohibió hasta 1985. Ah, por cierto, en aquellos tiempos, la ablación de melancólicas y masturbadoras ascendía a una 200/300 guineas. En comparación, mucho más barato que una recomposición del himen o un estrechamiento de los labios vaginales superiores y/o inferiores en la actualidad. En realidad, son las dos caras de una misma moneda: la cosificación del cuerpo, sea femenino o masculino.

Otras castraciones

Los galenos victorianos pretendían curar la melancolía con la extirpación del clítoris. Y a mí no me parece casualidad que una de los primeros efectos secundarios de la medicalización antidepresiva sea la deflagación de la libido. El Estado quiere deserotizar a la población. Una ciudadanía deserotizada es más vulnerable, sumisa, idiotizada. Al mismo tiempo, el Estado crea sucedáneos del verdadero Eros. Siempre, de la forma más burda. El erotismo que nos acerca a lo sagrado libera al alma del corsé estatal y empresarial. De la misma forma que hoy vemos aberrante que se sometiera a la ablación a algunas mujeres europeas por ser melancólicas o nerviosas, también mañana comprobará el ciudadano cuan atroz es la medicalización eterna de diversos problemas mentales.