Los ministros de Finanzas de la zona euro, que volverán a reunirse este miércoles descartan tomar cualquier decisión sobre la última propuesta de Atenas hasta después del referéndum del domingo. Europa avisa que un nuevo rescate podría tener condiciones más duras que las anteriores.
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© ReutersEl presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
Los ministros de Economía de la eurozona han rechazado la propuesta de última hora de Grecia. El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, había pedido una prórroga para evitar el impago cuando expire el programa actual esta medianoche, y tener así tiempo para negociar un tercer rescate de 29.100 millones de euros. La respuesta del Eurogrupo, tras la teleconferencia convocada de urgencia, ha sido que no concederá ninguna prórroga hasta que se celebre el referéndum griego el domingo.

"El segundo rescate se ha acabado, no hay ninguna posibilidad ya de prorrogarlo", han asegurado fuentes diplomáticas, que incidieron en que "la extensión ya no es una posibilidad". Sin embargo, los ministros volverán a mantener otra conferencia telefónica en la mañana del miércoles (11.30 horas) para volver a "evaluar" la propuesta griega, según ha anunciado el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

No obstante, una fuente comunitaria, citada por la agencia Reuters, ha asegurado tras la teleconferencia de este martes que los ministros han tomado nota de la nueva propuesta griega que ofrece un nuevo "programa de medidas que están más cerca de lo solicitado por las instituciones europeas". Incluso, según han anunciado diversas fuentes, Atenas estaría dispuesto a suspender el referéndum o recomendar votar "sí" a la propuesta de los acreedores si se reanudaban las conversaciones y se llegaba a un acuerdo.

Sin embargo, Dijsselbloem ha dejado claro que cualquier petición de un nuevo plan por parte de Grecia sólo se consideraría después del referéndum y ha avisado de que el nuevo programa podría imponer condiciones más duras que las anteriores.

Nuevo plan de ayuda sin el FMI

En una carta al Eurogrupo y a los miembros del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), Tsipras planteaba un nuevo plan de ayuda sin la participación del FMI: un préstamo de dos años, la reestructuración de la deuda con el Fondo Europeo de Estabilidad (FEEF) y una breve prórroga del rescate que expira esta medianoche.

Esta noche también expira el plazo para que el Gobierno griego haga frente al pago de 1.500 millones de euros al FMI y que el ministro de Finanzas heleno, Yanis Varufakis, ya ha anunciado que no van a pagar. De ese modo, el país se encontraría en situación de "mora", aunque no automáticamente en impago.

Al respecto, el Gobierno heleno ha pedido directamente al FMI más tiempo para devolver el préstamo. Del mismo modo, el Gobierno griego, según ha declarado el viceprimer ministro del país, Yannis Dragasakis, ha solicitado al Banco Central Europeo que considere incrementar la ayuda de liquidez de emergencia para los bancos griegos, que el BCE mantuvo sin cambios la semana pasada.

Tras el rechazo de Europa a una prórroga y si, como parece, el Fondo no responde a esta última petición, Grecia no tendrá opción de acceder a los fondos pendientes de los programas de rescate, que sumarían un total 16.000 millones de euros.

La cifra incluye solo la parte europea del último tramo pendiente de 7.200 millones de euros del segundo rescate a Grecia, de los que 3.500 millones corresponden al FMI, por lo que solo afectaría a los 1.800 del Banco Central Europeo (BCE) y a los 1.900 del fondo de rescate de la eurozona.

A esos 3.700 millones del Banco Central Europeo y del fondo de rescate se sumarían los 10.900 millones de la reserva de la eurozona para la recapitalización de la banca griega y los beneficios de las operaciones con sus bonos de deuda este año por parte del BCE, que representan en torno a entre 1.400 y 1.800 millones de euros.

El rechazo de una prórroga también tiene importancia de cara a las decisiones que tome el BCE sobre las líneas de financiación de emergencia (ELA) que concede a la banca griega. Tras el fin de las negociaciones y el anuncio del referéndum, el BCE ha dejado de elevar el techo de créditos que concede al sector, lo que pone en una situación difícil a la banca griega, tras las elevadas salidas de depósitos sufridas en las dos últimas semanas y el corralito establecido este lunes.

Día de negociaciones

La propuesta de última hora de Tsipras no hace referencia a las distintas versiones de acuerdo que han circulado estos días. En una conversación telefónica el lunes por la noche, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pidió a Tsipras que aceptara el último documento propuesto por las instituciones, en el que había ligeras mejoras respecto a su oferta anterior, básicamente en las tarifas del IVA a los hoteles.

A cambio, Juncker pedía a Tsipras que cambiara su recomendación en el referéndum del próximo domingo, y en lugar de solicitar el 'no' al acuerdo con los acreedores, pidiera el 'sí'. Durante toda la jornada Tsipras ha mantenido conversaciones telefónicas con diversos líderes europeos y jefes de las instituciones comunitarias en un esfuerzo por consensuar un acuerdo in extremis.

El frenesí de última hora coincidió con la segunda jornada del corralito en Grecia, en la que la situación se mantuvo en calma, pese a registrarse algunos contratiempos fruto de las incomodidades a las que se ven sometidos los ciudadanos con un límite de retirada de efectivo de 60 euros diarios.

Mientras tanto, el Gobierno seguía adelante con la campaña para el referéndum, dejando claro que su intención no es pedir el 'no' a la Unión Europea, sino un mejor punto de partida para las negociaciones. "Desde el primer momento dejamos claro que la decisión de convocar un referéndum no es el final, sino la continuación de las negociaciones con mejores condiciones para el pueblo", señalaron fuentes gubernamentales.