Recientemente, Texas decidió comenzar a conservar sus tenencias de oro dentro de sus propias fronteras, creando su depósito de oro fuera del control de Washington. Y aunque, según expertos, esta decisión enfrenta una serie de problemas que aún quedan por resolver, el estado tejano no piensa en modificar su política.
gold oro
© Pixbay
Texas es el único estado que posee una reserva de oro real, con aproximadamente 5.600 lingotes por un valor de 650 millones de dólares, informa AP. La decisión de crear su propio depósito recibió una calurosa bienvenida por parte de muchos políticos de EE.UU. Sin embargo, según destaca el medio, para la Oficina de la Contraloría de Texas, que debe poner en práctica la política, esto supone una serie de obstáculos.

En ese sentido, la ley no indica dónde se ubicará el deposito ni cómo debería ser construido o asegurado. No se ha proporcionado financiación para esos fines, así como tampoco para el arrendamiento del lugar. Otro reto sería cómo permitir a la gente revisar sus propios lingotes de oro o plata en la instalación. Tampoco queda claro cómo tanta cantidad de barras de oro podría ser repatriada a Texas desde Nueva York, donde se almacenan actualmente.

Otra preocupación tiene que ver con el costo que supondría: ya en 2013, cuando el miembro de la Cámara de Representantes de Texas, Giovanni Capriglione introdujo el proyecto de ley, el mismo fue estimado en 23 millones de dólares. Sin embargo, Capriglione cree que las empresas privadas podrían apostar por crear el depósito a cambio de cobrar cuotas de almacenamiento y de servicios. Ante las sospechas de que la decisión sería un paso hacia la secesión del estado, el político asegura que simplemente está convencido de que el oro es más seguro, sobre todo "cuando está a mano".

El medio señala que uno de los posibles efectos del nuevo depósito podría ser que se preste más atención a la idea de volver al patrón oro, suspendido por Richard Nixon en 1971. "Creo que Texas está demostrando una vez más que está por delante del planeta", escribió James Rickards, autor del libro 'La muerte del dinero: El próximo colapso del sistema monetario internacional'. "No están esperando el desastre, sino que se están preparando para ello".