Wall Street cerró ayer con fuertes pérdidas por una sesión de pesadilla que se vio impactada por las caídas en los mercados de China y por un problema técnico que forzó la suspensión de las operaciones por más de tres horas.

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© Reuters Brendan McDermid
Al cierre de la sesión, el Dow Jones de Industriales, el principal indicador, cayó un 1,47 % o 261,49 puntos, hasta las 17.515,42 unidades; mientras que el selectivo S&P 500 cedió un 1,66 % o 34,65 puntos, hasta los 2.046,69 enteros.

Estos dos indicadores terminaron muy por debajo del cierre del año pasado, cuando el Dow acabó con 17.823,07 puntos y el S&P 500 2.058,90 enteros.

Por su parte, el índice compuesto del mercado Nasdaq, en el que cotizan las principales empresas tecnológicas, cayó más, un 1,75 % o 87,70 puntos, hasta los 4.909,76 enteros, todavía con casi doscientos puntos sobre el nivel de cierre del año pasado.

La jornada había comenzado con fuertes pérdidas por el impacto en el mercado de la caída en las Bolsas de China, lo que, sumado a las repercusiones de la crisis griega, derivaron en una jornada que se presentaba negativa para Nueva York.

En plena caída, y como si un problema peor opacara otro anterior, las operaciones en Wall Street quedaron desquiciadas cuando se suspendieron las transacciones en el parqué de la Bolsa de Nueva York (NYSE), aunque continuaron sin problemas las electrónicas y en otras plataformas.

No ha habido explicaciones precisas sobre qué pudo causar la suspensión de las operaciones. Fuentes del mercado creen que se debió a un problema de las conexiones de los sistemas de transmisión de datos o por una actualización de los programas informáticos.

Las operaciones del parqué estuvieron suspendidas por tres horas y media y solo se reanudaron 50 minutos antes del cierre, aunque de una forma muy lenta.