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© Los psicópatas gobiernan el mundo
El estadounidense Edward Joseph Snowden ya puede decir que ha pasado a la historia. Con tan solo 3 décadas de vida se ha convertido en el ojo del huracán de uno de los problemas más relevantes de la actualidad: el espionaje a escala inimaginable de todos los habitantes del planeta por parte de la única superpotencia. Su historia incluso ha sido registrada por el documental ganador del Óscar, "Citizenfour".

La trama comienza en Brasil, cuando el periodista de investigación Glen Greenwald es contactado a través de la web por un usuario anónimo que afirmaba poseer información explosiva respecto al servicio de inteligencia más grande de los EEUU, la National Security Agency (NSA). Meses después, el mismo usuario contacta también a la cineasta estadounidense Laura Poitras. La audiovisualista, con numerosos documentales críticos a la política exterior norteamericana en su haber, ya había sido varias veces premiada por sus polémicos trabajos documentando las realidades de las guerras en Afganistán e Irak.

El alias escogido por el usuario desconocido para tales contactos, en extremo cautos, fue "Citizenfour".

Todo esto suena como una obra maestra del cine de espionaje o como un maravilloso thriller escrito por la pluma diestra de los novelistas de más renombre del género. Pero ocurrió. Y fue documentado por diversos diarios alrededor del mundo. No obstante, el periódico británico, The Guardian, fue el que tuvo la primicia.


Comentario: Y hay quienes dicen que, justamente, porque parece un maravilloso thriller escrito por una pluma diestra, podría tratarse de una polémica más bien creada con ciertos propósitos que no necesariamente tienen que ver con la Verdad y una preocupación genuina por el bienestar de la gente, como lo dice Naomi Wolf, experta en este tipo de casos:
No me gusta hacer esto, pero me siento obligada a compartir, a medida que la historia se va desarrollando, mi creciente preocupación de que el filtrador de la NSA no es quien dice ser, y que las motivaciones que intervienen en la historia pueden ser más complejas de lo que parecen ser. Esto no es en absoluto un detrimento de la gran valentía de Glenn Greenwald al reportar la historia, o del coraje del Guardian al exhibir este tipo de informes, lo que es un servicio a los Estados Unidos que los medios no están realizando en absoluto. Es sólo para dar algunas precauciones a medida que la historia se desenvuelve, y para plantear algunas preguntas sobre la forma en que ésta se está desarrollando, basada en mi experiencia con los mensajes políticos de alto nivel.

Mi creciente preocupación acerca de que el informante de la NSA no es quien dice ser...
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Edward Snowden, "citizenfour", dista mucho de parecer un radical exaltado. Tiene un hablar pausado y una actitud de calma, aún a sabiendas de ser el blanco del país más poderoso del orbe. En los Estados Unidos, el debate desde junio del 2013 (cuando fueron publicados los reportajes) hasta ahora, es si el informático, actualmente asilado en Rusia, es un traidor o un héroe.

El que estuvo dentro del Gran Hermano

Snowden trabajaba como analista de sistemas en una empresa contratista para la NSA y anteriormente fue empleado de la CIA. El informático se encontraba disfrutando de una vida de alto poder adquisitivo, con una lujosa casa en Hawaii que alquilaba junto a su novia. Un día, sin avisar siquiera a familiares y a su pareja, agarra sus cosas y va a Hong Kong. Allí en una habitación de hotel, con vista a la magnífica ciudad futurista, toma la decisión más peligrosa de su vida. Renunciaría a una vida de comodidades, a su patria y seres queridos, por revelar secretos de Estado a dos periodistas de uno de los diarios de más renombre en el mundo y a una directora de cine con el anatema de los EEUU.

Los Estados Unidos cuentan con 17 agencias de inteligencia, siendo la más grande la Agencia de Seguridad Nacional o NSA (tres veces mayor a la propia y reconocidísima CIA). Se estima que el gasto anual de tales organismos gubernamentales, en total, asciende a los 75 mil millones de dólares anuales, aunque las cifras no son precisas debido al extremo secretismo en que operan.

La NSA, establecida en 1952, en realidad funciona como una agencia de contrainteligencia dedicada al ámbito doméstico. Mas la NSA no es la única agencia de contrainteligencia norteamericana pero sí la más grande. Es en el entorno internacional donde operan la CIA (Agencia Central de Inteligencia) junto con otros organismos.

Snowden tuvo la oportunidad de trabajar tanto para la afamada CIA como para la NSA. Con la primera agencia pudo ejercer labores en Suiza como experto tecnológico. Ya en el 2009 se introduce en la NSA y es allí donde se expone a, no solamente los secretos de norteamericanos comunes y corrientes, sino a las realidades del espionaje industrial y político con injerencia en los gobiernos y ciudadanos de otros países.
"Constantemente escuchamos la frase 'seguridad nacional' pero cuando el Estado comienza a interceptar masivamente las comunicaciones, arrebatándolas por la fuerza, sin órdenes judiciales, sin sospechas, sin procedimientos, sin demostración de causa probable, ¿están ellos realmente protegiendo la seguridad nacional o están protegiendo la seguridad estatal?"

"[...] Ahora disponemos de una institución [la NSA] que se ha vuelto tan poderosa que puede elegir cómodamente sus propias autoridades sin la intervención del país, sin la intervención del público, sin la intervención de nuestros representantes electos y sin la intervención del poder judicial, y esta es una situación terrorífica - al menos para mí".

Palabras de Edward Snowden a periodistas de The Guardian el 18 de julio del 2014.
Las referencias a la novela cumbre de George Orwell son insoslayables y el estadounidense se muestra más pesimista que la misma realidad reflejada en las páginas de 1984. "Es un libro importante pero no debemos limitarnos a la imaginación del autor. El tiempo nos ha mostrado que el mundo es más impredecible y peligroso que eso". El Gran Hermano dispone en la actualidad de herramientas inimaginables en la época en que el libro fue escrito. Teléfonos inteligentes (smartphones), redes sociales, drones, webcams, etc.

El poderío de las agencias de inteligencia, según los dichos de Snowden, desconoce fronteras y hasta leyes. Como los cables lo han revelado: gobiernos alrededor del mundo se vieron vigilados por la agencia norteamericana y ello ha suscitado una cadena de reacciones y acalorados debates en el ámbito internacional. ¿Existen límites a respetar? ¿Qué es y no es la defensa de la seguridad nacional?

La Inteligencia puesta en entredicho

¿Son Edward Snowden, Julian Assange y Chelsea Manning simples terroristas con fines escabrosos al servicio de los enemigos de los EEUU? ¿Son íconos de la libertad? Para definiciones bien claras seguramente deberemos esperar el veredicto de historiadores y especialistas venideros. Mas estas tres figuras: el informático exespía, el fundador de Wikileaks, y la exsoldado ahora en prisión por revelar secretos del gobierno estadounidense, son representativas de una compleja situación que estamos viviendo.

El Washington Post realizó un reportaje, cuatro años atrás, en donde resalta, entre varias situaciones, cómo las funciones de las numerosas agencias de inteligencia estadounidenses se superponen. El incremento de funcionarios, organismos gubernamentales y empresas privadas contratadas por las varias agencias, ha sido dramáticamente exponencial desde los sucesos del 9/11. Sin embargo, el presupuesto empleado para tal efecto no está disponible para el conocimiento ni del ciudadano común ni de los medios de prensa. Los medios apenas hacen estimativos y además, se han desatado escándalos como la 'compra' de funcionarios públicos afganos por la CIA en el 2013 que fue publicado por el New York Times.

Esta situación peliaguda plantea interesantes replanteos en torno a los conceptos de democracia, el Estado de Derecho y la transparencia en el acceso a la información pública en el país más poderoso del mundo: los Estados Unidos.

Mas el alcance de esta problemática no es solo nacional: el carácter hipertrofiado de la vigilancia masiva, que desconoce leyes y fronteras, es algo que necesariamente debe ser abordado por las naciones para imponer mesura y respeto. Edward Snowden muy posiblemente no se encuentre en los extremos de héroe o traidor, sino que quizá haya desempeñado un papel de catalizador de una situación que de una u otra manera iba a emerger para introducir el cuestionamiento a las diferentes invasiones a la privacidad a las que diariamente nos vemos sometidos los ciudadanos del mundo.

[*Norma Flores Allende es estudiante de periodismo y ha colaborado con este artículo - NdE]