(España) - Los Mossos d'Esquadra buscan a un desconocido que en la tarde de ayer disparó a dos hombres, hiriendo de gravedad a uno de ellos, a escasos metros de la Rambla de Barcelona. Las primeras hipótesis que barajan los agentes de la policía catalana apuntan a que tanto el agresor como los agredidos se conocían.
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Los segundos se encontraban en las puertas del hotel esperando al que resultó ser su agresor. Las investigaciones apuntan a que los disparos estén motivados por un posible ajuste de cuentas.

Los hechos tuvieron lugar ayer cuando pasaban pocos minutos de las 15.00, a menos de 100 metros de la turística Rambla barcelonesa. Justo delante del hotel Silken, en el número 15 de la calle Pintor Fortuny, dos hombres, uno de nacionalidad belga y el otro inglesa, esperaban, supuestamente, a una tercera persona en la acera que da entrada al establecimiento hotelero. Llevaban varios minutos allí, haciendo tiempo en ese punto del barrio barcelonés del Raval.

A un turista noruego que estaba comiendo en la terraza de un bar de menús situado enfrente del Silken le sorprendió ver, con el termómetro rozando los 30 grados, ver acercarse a los dos individuos a un hombre ataviado con pantalones largos de color azul y sudadera negra. El testigo aseguraba ayer que el individuo, de piel blanca, no medió ni media palabra con los dos hombres. En lugar de un saludo, empezó a disparar y emprendió la huida corriendo por el mismo sitio por el que vino, hacia la Rambla.

El turista noruego, como la mayoría de clientes de los bares y restaurantes cercanos al lugar, se lanzaron al suelo intentándo resguardarse de una nueva lluvia de disparos. El desconocido, que varios testigos aseguran que tapaba su rostro con una capucha o un pasamontañas de color verde desapareció entre la multitud. No volvió a disparar. "Al principio pensé que eran petardos", aseguraba, Àngels, la dueña de una tienda de estética, que sólo escuchó los disparos.



Según fuentes de la investigación, el misterioso desconocido habría efectuado entre dos y tres disparos. Uno de los tiros impactó en la parte superior del vientre del hombre belga. Otra bala destrozó la puerta de cristal de la entrada del hotel. El pánico se apoderó de los dos agredidos y el hombre inglés corrió hacia el interior del recinto hotelero estrellándose y rompiendo con su cuerpo la puerta de cristal de la entrada del establecimiento. De resultas del fenomenal golpe, se produjo cortes en una mano, en el pecho y el costado. El herido por arma de fuego siguió en su huida el camino de su compañero sujetándose el vientre, que sangraba.

Los dos heridos atravesaron el hotel mientras gritaban e intentaban huir del asaltante. Desconocían que el autor de los disparos ya había desaparecido entre la multitud y en dirección contraria.

Consiguieron salir por la puerta de emergencia que comunica con la calle del Carme, paralela a la calle de entrada del hotel. El herido de bala se refugió en una tienda de souvenirs, donde el dueño, un joven de nacionalidad china, salía del lavabo cuando vio al herido sangrando y vomitando en el suelo. Intentó taponarle la herida y llamó a la policía.

El inglés herido por los cortes provocados por el cristal descansó unos segundos en un portal cercano y continuó huyendo por la calle Jerusalén.


La Guardia Urbana interceptó rápidamente a los heridos. El herido grave fue trasladado al hospital Clínico de Barcelona, mientras que su compañero fue atendido en el Centro de Atención Primaria de Manso.

Los Mossos iniciaron entonces una investigación para localizar al sospechoso. Interrogaron a los dos heridos, ya que las primeras hipótesis apunta a que la agresión se debe a un ajuste de cuentas, y solicitaron visionar las grabaciones de las cámaras de diversos locales cercanos al hotel donde se produjo el tiroteo.