La famosa lluvia de las Perseidas, también conocida como 'Lágrimas de San Lorenzo', nos deleitará en todo su esplendor entre el 12 y el 13 de agosto. Se trata de la lluvia de estrellas más intensa del año y en esta ocasión tiene lugar en unas excelentes condiciones astronómicas al producirse los días previos a la luna nueva. El hemisferio norte será el mejor lugar para disfrutarla.
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La primera descripción de este espectacular fenómeno data del año 36 después de Cristo, cuando se reportó que "más de 100 meteoros volaron en cuatro direcciones", informa gazeta.ru.

La lluvia de las Perseidas se produce anualmente cuando la Tierra pasa a través del rastro de partículas dejado por el cometa Swift-Tuttle, que completa una órbita alrededor del Sol cada 133 años aproximadamente. Los fragmentos del cometa se queman al entrar en la atmósfera terrestre (a una velocidad de 59 kilómetros por segundo) y entran en combustión, dejando destellos en el cielo.

El nombre de 'perseidas' se debe a que la zona del cielo donde aparecen los meteoros es la constelación del héroe mítico griego Perseo.

¿Cuándo es la lluvia de estrellas Perseidas?

Técnicamente las Perseidas llevan activas desde el pasado 13 de julio y continuarán hasta finales del mes de agosto.

Sin embargo, el momento de mayor visibilidad se producirá en la noche del 12 al 13 de agosto, dos días antes de la luna nueva, cuando astrónomos y aficionados podrán ver hasta 100 estrellas fugaces cada hora. Cabe destacar que algunos meteoros se muestran con mayor intensidad momentos antes del amanecer, informa The Independent.

¿Cómo ver esta maravilla astronómica?

Los expertos explican que no se necesitará ningún equipo especial para observar este fenómeno, ya que se puede apreciar a simple vista y el brillo de la luna no estropeará el espectáculo. Solo habrá que levantar la mirada al cielo y esperar.

¿Cuál es el mejor lugar para ver la lluvia de meteoros?

Las Lágrimas de San Lorenzo serán visibles únicamente desde el hemisferio norte de la Tierra. Los expertos aconsejan alejarse de los núcleos urbanos ya que, a pesar de producirse en un momento en el cual el cielo estará más oscuro de lo habitual, la contaminación lumínica de las ciudades podría restar visibilidad al fenómeno.