El incremento de los avistamientos de tiburones en la costa oriental de Japón está afectando negativamente a la actividad turística en la zona, especialmente después de que las autoridades tomaron medidas para prevenir posibles ataques a los nadadores.

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Varias decenas de escualos fueron vistos recientemente en varias playas de Ibaraki, Kanagawa y Shizuoka, en la zona oriental de la isla de Honshu, la mayor del archipiélago, según medios japoneses.

En Shonan, un popular destino turístico cerca de Tokio, las autoridades prohibieron a los turistas bañarse en la playa sur de Chigasaki tras constatar la presencia de más de 30 tiburones cabeza de martillo el viernes pasado. Esta playa, que generalmente atrae a unos 5.000 visitantes por día durante la festividad tradicional japonesa "O-bon", atrajo sólo a 1.700 bañistas el sábado y 1.500 el domingo, según datos del gobierno municipal recogidos hoy por la edición digital del diario Japan Times.

En Ibaraki, al noreste de Tokio, unos 20 tiburones trozo y lo que se cree que era un tiburón martillo fueron vistos en las localidades de Hakota y Kashima a principios de agosto. Los avistamientos provocaron que en la playa "Sun Beach" de Oarai, la más grande de la región de Kanto, las autoridades coloquen una red de seguridad de 1,7 kilómetros a unos 300 metros mar adentro. Además, incrementaron el número de lanchas patrulleras.
"Comparado con un año normal, el número de clientes y ventas cayeron bruscamente. Es un duro golpe", indicó Satoshi Inoue, un hombre de 33 años que trabaja en un club de Shonan.
El avistamiento de una aleta de tiburón cerca de una playa de la península Boso, en Chiba (al este de Tokio), también llevó a las autoridades a prohibir temporalmente la natación. La medida llega en mal momento para la comunidad local, que trata de promocionar el área como destino para los aficionados al surf ahora que el Comité Olímpico Internacional baraja la posibilidad de incluir oficialmente ese deporte acuático para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.