Las cifras de incendios de este año son alarmantes. En menos de ocho meses, los datos superan en todos los tipos de registros del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente las cifras totales de 2014 y están ya cercanos de las medias globales anuales.
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En el caso de las grandes superficies forestales, todas aquellas de más de 500 hectáreas, han sido 13 las afectadas hasta el 16 de agosto, mientras que en todo el año pasado fueron seis y la media anual asciende a 18. Del mismo modo, el número de hectáreas arrasadas aumenta a 65.912,99, un 50% superior a las 40.977,38 hectáreas quemadas en 2014 y cercano a la media nacional de 76.580,60 hectáreas.


Nueva Ley de Montes y verano muy cálido


Las causas parecen no estar claras. Algunos políticos apuntan a que la nueva Ley de Montes, que permite la recalificación de terrenos forestales quemados, podría haber sido un factor a tener en cuenta. Por ello, algunas comunidades, como la Junta de Extremadura, ya han adelantado que no recalificarán "ni un metro" del terreno quemado en incendios. Tal y como explicó la semana pasada su consejero de Medio Ambiente y Rural, Santos Jorna, esto se debe a que la legislación permite a las regiones decidir sobre el destino de las áreas incendiadas.

No obstante, también es cierto que los pasados meses de junio y julio fueron los más calurosos de la serie histórica, lo que ha podido favorecer la aparición de algunos focos y obstaculizar la erradicación de las llamas una vez propagadas. De hecho, las temperaturas, junto con otras variables climatológicas, son los datos que se tienen en cuenta en el Ministerio de Medio Ambiente para realizar el mapa diario de riesgo de incendios, que se mantiene extremo en una gran proporción de extensión peninsular.
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