La ciudad de Spokane, en Washington, demandó el pasado 3 de agosto a Monsanto como causante de la alta contaminación por PCBs en su río.
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Según la portavoz de Servicios Públicos de la ciudad, el origen de la contaminación por PCBs (Policlorobifenilos) se encuentra en los productos como pinturas, fluidos hidráulicos, selladores o tintas, que el gigante agroquímico ha vendido a la población durante décadas.

Aunque Monsanto ahora se centra en la agricultura industrial y transgénica, entre 1935 y 1979 fue el único productor de PCBs en EEUU. Creó el producto tóxico Aroclor como refrigerante para transformadores eléctricos, pero que finalmente pasó a ser utilizado en numerosos productos de uso doméstico como barnices, lacas o cubiertas de piscina.

Según la deanda presentada, la compañía sabía que los PCBs eran tóxicos para el medio ambiente y la salud humana mientras los fabricaba, pero lo ocultó a la Administración hasta que fueron prohibidos en 1979. Spokane se une a otras ciudades, como San Diego o San José, en la petición a Monsanto de compensación por los daños ocasionados y a cubrir los costes de limpieza de sus ecosistemas. Por supuesto, Monsanto afirma que la responsabilidad es de las compañías que han depositado mal los residuos de PCBs.

Los PCBs son contaminantes hormonales, también llamados disruptores endocrinos (EDC). Es decir, a muy pequeñas cantidades, como las que pueden quedar en el entorno, afectan de forma grave al desarrollo del sistema endocrino mimetizando a los estrógenos. Afectan también a la fertilidad, al desarrollo neurológico e inmune y está relacionado con cánceres de pecho, testículos y tiroides. Las etapas de exposición más vulnerables son la prenatal y postnatal, aunque los efectos pueden presentarse muchos años después e incluso en generaciones futuras.

Por todo lo anterior, es imprescindible que se eliminen estos tóxicos del entorno. En España, según la exposición de Dolores Romano, de Ecologistas en Acción, en la IX Conferencia Internacional de Disruptores endocrinos del pasado junio, no se están cumpliendo los plazos de eliminación de PCBs marcados por el RD1378/1999 y existen en la actualidad cerca de 5.000 toneladas de PCBs en usos abiertos, como pinturas, resinas o selladores de ventanas, sin contar la cantidad que pueda existir en pequeños aparatos eléctricos. Parece que todavía debemos avanzar mucho para lograr el cumplimiento del Convenio de Estocolmo en la lucha contra los contaminantes orgánicos persistentes, COPs, para llegar al nivel de países como Noruega, todo un ejemplo a nivel internacional.