La adolescente fue grabada en pleno metro de Hong Kong llorando desconsoladamente tras comprobar que su teléfono móvil no respondía, para después propinarle todo tipo de golpes e incluso tirarlo al suelo. La desorbitada reacción de la joven cuenta ya con cientos de miles de reproducciones.


La adicción a los teléfonos móviles ha llegado muy lejos en China. Tanto es así que se han creado campamentos para desintoxicarse de este tipo de tecnología, además de carriles específicos para los peatones que no pueden levantar la vista de su smartphone.