La sesión de este lunes en la Asamblea General de la ONU no estuvo exenta de los acostumbrados gestos de discordia política, como el que mostró la delegación de Ucrania.

La delegación ucraniana, encabezada por su presidente Piotr Poroshenko, abandonó la sala cuando el presidente de Rusia, Vladímir Putin, inició su intervención, en la que afirmó que Ucrania no podrá garantizar su integridad territorial por la fuerza de las armas e instó a Kiev a seguir el cumplimiento de los acuerdos de paz de Minsk para poner fin al conflicto ucraniano.
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© Reuters Carlo Allegri

Similar situación se vivió también en 2007, cuando los representantes de Cuba abandonaron la Asamblea en rechazo al discurso del entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien criticó al Gobierno cubano y su sistema político. Bush "es un criminal y no tiene autoridad moral, ni credibilidad para juzgar a ningún otro país", respondió más tarde la delegación cubana.

En septiembre del 2011 hubo una salida masiva en la que tomaron parte cerca de 30 países durante el discurso del expresidente iraní Mahmud Ahmadineyad. La protesta empezó tras las acusaciones de Ahmadineyad, quien criticó fuertemente la política intervencionista de Occidente y acusó a Israel de llevar a cabo una ofensiva contra tierras palestinas.

Por último, está la protesta de la delegación de Rusia en 2013 contra el discurso del exmandatario georgiano Mijaíl Saakashvili, quien criticó a las autoridades rusas y la política de Moscú en el espacio postsoviético.