Sabemos que de determinados estados emocionales alterados pueden derivarse diversos trastornos o enfermedades psicosomáticas, que son aquellas que manifestándose de forma claramente física, su verdadero origen es psicológico. También sabemos que según nos encontremos anímicamente, nuestro comportamiento puede verse afectado, provocando consecuencias no siempre positivas para nuestro organismo. Por ejemplo, personas que cuando están tristes necesitan comer... galletas con chocolate. Si lo hacen durante mucho tiempo, las consecuencias pueden ser importantes.
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Desde tiempo inmemorable se conocen los beneficios de la música sobre la salud, especialmente porque incide sobre los estados emocionales. De ahí que surgiera la musicoterapia como técnica terapéutica. Habitualmente suele aplicarse mediante la escucha de determinadas músicas e instrumentos, provocando diversos efectos: energizante, motivadores, divertidos, relajantes, melancólicos...

Sin embargo, no sólo se puede hacer musicoterapia mediante la escucha, sino que podemos hacerlo fabricando nuestra propia música con un instrumento natural que generalmente todos tenemos disponible: nuestra propia VOZ. Podemos hacer música cantando. Nuestra propia musicoterapia personalizada.

Este dicho tiene una gran base de verdad, producto de la sabiduría popular. Entre otras cosas, cantar permite expresar y sacar nuestros sentimientos y emociones, deshaciendo nudos y bloqueos que se manifiestan especialmente en la zona estomacal. Puede ayudar a liberar nuestras tensiones internas reprimidas, de forma que nos sentiremos mejor con nosotros mismos, ayudándonos a sentir un mayor bienestar.

No debe extrañarnos nada que las canciones relajantes y tranquilas pueden ayudar a combatir el nerviosismo y el estrés. Por eso, si tenemos en cuenta que las a las personas que sufren de estrés se les suele debilitar el sistema inmunitario, es decir, que bajan sus defensas naturales, podemos entender fácilmente que si combatimos el estrés cantando, mejoraremos nuestra salud y alargamos nuestra vida porque reforzamos nuestro sistema inmunitario. El estrés - distrés-, de no ser bien manejado y afrontado, puede provocar grandes problemas de salud con el tiempo.

Las canciones alegres ayudan a combatir las depresiones, pues se generan unas hormonas llamadas endorfinas, llamadas también las hormonas de la felicidad. Si tenéis algún amigo que os lo habéis encontrado cantando en algún momento, ¡seguro que se trata de alguien feliz! ¿Os acordáis de aquella canción que dice: ay, ay, ay, ay..., canta y no llores, porque cantando se alegran, cielito lindo, los corazones?

Si estáis de mal humor, o tristes, probad a cantar. Veréis cómo se os va el mal rollo. Cantad lo que os salga del corazón. Y cantad sin miedo. No importa desafinar. No importa no tener una gran voz. Lo importante es el sentimiento. Podéis cantar en la ducha, en vuestra habitación, en el coche, o en grupo, aún mejor, porque encima nos divertimos.

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Algunas canciones nos pueden hacer llorar, aflorando sentimientos dormidos. A veces va bien hacerlo, sacar las penas que llevamos dentro. No os importe emocionaros cuando cantéis, sacad vuestras emociones fuera, dejad que los sonidos, las palabras y los sentimientos surjan libremente. Es bueno hacer limpieza, retomar el contacto con nuestro verdadera esencia y a partir de ahí empezar a caminar nuevamente con la ilusión y la fuerza de antaño.

Hay muchas investigaciones científicas que certifican que cantar puede alejar algunos de nuestros males. Se ha verificado que cantar puede aportar mejoras de muy distintas clases, a niños con problemas de tartamudeo, a personas que han sufrido accidentes cerebrovasculares, potencia la respiración pulmonar y la circulación sanguínea, favoreciendo al corazón. Mejora la oxigenación del cuerpo. Repercute positivamente en los músculos abdominales y en el tránsito intestinal. Y por si fuera poco, oxigena nuestras células y permite mejorar la concentración y la memoria.

También tenemos que tener presente que, aunque no lo veamos con los ojos, nuestro cuerpo está compuesto de energía vibratoria, como todo el Universo. Todo es energía. Cantar armoniza la energía de nuestros chakras, las vibraciones de nuestro organismo, modifica favorablemente nuestras ondas cerebrales, y repercute positivamente en todas y cada una de nuestras células y sistemas.

Nuestra voz es un instrumento muy potente y cantar es una terapia que todos podemos utilizar. Hay cada vez un mayor número de médicos que afirman que puede ayudar a curar muchos males, y están empezando a recomendar a sus pacientes que canten. Yo también lo recomiendo en muchas ocasiones. Es indispensable retomar la consciencia sobre nuestras emociones y sentimientos, sobre nuestro cuerpo, sobre nuestras energías autocurativas. Y no importa la edad.