En América Latina, no es nada nuevo que los gobiernos que pierden apoyo entre la población local intenten mejorar su posición con ayuda de EE.UU., pero esta 'ayuda' no es desinteresada y tienen que pagarla con la soberanía del Estado. El presidente peruano, Ollanta Humala, es uno de ellos, y figura entre los políticos controlados por Washington por preservar su cargo a cualquier precio, denuncian expertos.

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El Secretario de Estado norteamericano John Kerry con el presidente peruano Ollanta Humala
Las últimas encuestas revelaron que la popularidad de Humala ha caído a su nivel más bajo en todo su periodo de gobierno, y solo el 12% de los peruanos aprueba su administración, envuelta en escándalos de corrupción, destaca el periodista y escritor Nil Nikándrov en su artículo para el portal ruso Fondo de la Cultura Estratégica.

El Gobierno estadounidense no escatima elogios para el presidente peruano, y este por su parte, facilita a Washington realizar sus objetivos geoestratégicos en Sudamérica. Pero al mismo tiempo esta política de Humala genera cada vez más indignación entre los peruanos, quienes tildan de "traidor" a su mandatario, agrega.

Hace 7 años, el entonces líder opositor Ollanta Humala, antes de llegar a la Presidencia, criticaba fuertemente la constante presencia de fuerzas estadounidenses en su país y denunciaba a sus antecesores de llevar una política "antipatriótica", que según él tenía como objetivo tener bajo control a los gobiernos progresistas de la región.

Sin embargo, en la actualidad, Lima ha entregado a EE.UU. su Amazonía, donde tiene tres bases (Iquitos, Nanay y Santa Lucía) para la supuesta lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, además de otras seis bases secretas en otras partes de ese país andino. Y eso sin contar las tres ciudades portuarias en Perú, que se utilizan de forma regular por la Cuarta Flota de la Armada de Estados Unidos. Pero la creciente actividad de las fuerzas estadounidenses en la Amazonía peruana no ha tenido éxito y sus resultados son cuestionables, señala la publicación.

Por su parte, Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela consideran el fortalecimiento de la presencia militar estadounidense en la Amazonía como una amenaza a la seguridad nacional. Con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, Washington ha enviado a Perú más armas y constantemente incrementa el número de asesores militares y el trabajo de inteligencia, cuyos fines no están nada claros, finaliza el portal.