Dmitri Mikheyev
© Edward LozanskyEx-disidente soviético y en estos días disidente de Estados Unidos, Ray McGovern (izquierda), ex analista de la CIA, en el foro ruso-estadounidense en Moscú. Septiembre de 2014. Ambos son contribuyentes de RI.
Artículo traducido al español por el equipo de editores de SOTT en español

Los motivos por los que un ex refugiado político ruso y ex investigador notable del Instituto Hudson se decepcionó con Occidente y cortó los lazos con su pasado antisoviético

Nuestro interlocutor obtuvo su graduado en física en el Departamento de Física de la Universidad del Estado de Moscú. En 1970 fue sentenciado a 6 años en una cárcel de trabajos forzados por el intento de cruzar la frontera usando una identidad falsa. En 1979 emigró a los EE.UU., donde no tardó en convertirse en defensor de las feroces políticas de los presidentes republicanos de los EE.UU.

Volvió a Rusia en 1998.

En una entrevista para el Komsomolskaya Pravda con el principal editor y enviado especial de RI (Russian Insider), Alexei Pankin nos explica los motivos por los que abandonó su carrera extremadamente exitosa en los EE.UU. para luego volver al incierto futuro que le esperaba en su país natal.

Fue columnista invitado de RI.

"No puedo creer en qué estuve involucrado en todo este asunto"

La trayectoria de Dmitry Mikheyev es muy similar al destino de muchos disidentes soviéticos que pasaron de ser miembros románticos de Komsomol, a ardientes anticomunistas y que acaban desilusionándose con Occidente. Pero muy pocos fueron los que lograron cargos tan altos en el "otro lado" para luego terminar rompiendo de forma exabrupta con sus pasados antisoviéticos.

Nos encontramos confortablemente sentados en uno de los apartamentos acogedores de los bloques de pisos en mal estado de la ciudad de Korolev, justo en las afueras de Moscú. Mi anfitrión, Dmitry Mikheyev, comparte con avidez sus historias sobre su lucha contra el régimen soviético. No, no luchó en los suburbios de Moscú, ni tampoco en Moscú, pasándose de mano en mano libros prohibidos impresos en papel de tejido en la Unión Soviética. Luchó desde el interior del elitista Instituto Hudson que se encargaba del desarrollo de programas respecto a la Unión Soviética para la administración de Ronald Reagan y George H.W. Bush. Luchó desde los corredores de Washington D.C. Al margen, según suelen decir, de ciertas agencias de inteligencia de los EE.UU.

Dmitry Mikheev soviet dissident
© Mikheyev: Archivo personalEsta foto autografiada le fue dada a Mikheyev por Ronald Reagan después de su visita a Moscú en 1988.
Echamos un vistazo a sus fotos. Una de ella lleva la firma del mismísimo Ronald Reagan.

En otra foto vemos a Dmitry Mikheyev junto al secretario de defensa James Schlesinger ejecutando cierto papel estratégico en la reducción de armas nucleares soviéticas y americanas.
"Yo representaba la "cabeza" de la delegación soviética, Schlessinger a los americanos," dice Mikheyev. "La opinión unánime de los expertos que nos estaban observando era que los soviéticos habían ganado. Posteriormente, las mejores mentes de la CIA, el departamento y la administración del presidente analizaron las debilidades y fortalezas de los posicionamientos y las tácticas de negociación por ambas partes."
Me enseña un comentario halagador de Zbigniev Brzenzinski en la portada de uno de sus libros. De vez en cuando Mikheyev se golpea la frente exclamando: "¡Qué horror! ¿Realmente hice yo todo esto?"

Russian Insider: ¿Dmitry, por qué aceptó esta conversación?
"Ayudaba a los enemigos de la Unión Soviética, el imperio de la malevolencia. Luego, más adelante empecé a verlos como un horror insondable del que no había tomado consciencia. Me parece inconcebible que yo fuera tan incrédulo, con tanto amor por la gente e inclinaciones humanitarias. Estaba ayudando a gente que no tenía nada de humanitario, no le importaba la libertad y democracia del pueblo en muchos países del mundo. Ahora eso pesa enormemente sobre mi consciencia. Cuando pienso en los liberales y hasta en los ucranianos actuando igual que yo en aquel entonces... Cuando veo ciertas personas repitiendo mis errores, compartiendo mis ilusiones y errores de entonces, quiero explicarles lo que he aprendido a través de mis propias experiencias, aquellas cosas que solo llegué a entender mediante la agonía, el desempleo y el rechazo, y mi vuelta a Rusia.
Del GULAG a la Casa Blanca

En 1970, Mikheyev, graduado en física en el departamento de física de la Universidad del Estado de Moscú, después de una serie de vivencias públicas y personales, "eligió la paz". En 1970, intentó huir hacia el occidente con documentos falsificados. El plan de huida acabó en 6 años de cárcel y labores de campo por alta traición. Después de ese periodo de trabajó en calidad de obrero en Kiev, y luego fue expulsado junto a otros doscientos disidentes incorregibles.
"En 1980 vivía en Nueva York. Trabajaba como vigilante en un almacén de cerveza y escribía artículos sobre la democracia americana en un periódico ruso. Aparentemente, el talento no me faltaba, el "Voice of America" (Voz de América) se fijó en mí y me llamaron para un puesto de trabajo. Bien pronto se fijó en mí la Jamestown Foundation, que patrocinaba a inmigrantes políticos de Rusia y me sugirieron que escribiese un libro sobre la 'SDI'", recuerda Milheyev.
Dmitry Mikheyev white house
© Mikheyev Personal archive1987 - Dmitry Mikheyev acoge un debate sobre la creación de un escudo de defensa, el cual estaría más allá de las capacidades de la URSS como para penetrarlo. Hoy, él está agradecido de haber fracasado.
"Recordarán que SDI significa Strategic Defense Initiative [Iniciativa de Defensa Estratégica - NdT], con la que el presidente Ronald Reagan pretendía derrotar a la Unión Soviética. Prometió la creación de un "domo protector" para la neutralización total de cualquier amenaza de misiles soviéticos. Dicho de otra manera, la Unión Soviética se hubiera encontrado indefensa ante misiles americanos. El Kremlin no quería involucrarse en otra carrera de armamento. Los ecos de aquel conflicto siguen causando disputas encendidas entre Rusia y América respecto a la colocación de un sistema de defensa con misiles en Europa.
Escribí un libro que contenía tres tesis principales. Primero señalé la idiotez de la estrategia de MAD, "Mutually Assured Destruction" [Mutua Destrucción Asegurada - NdT]. Segundo, como físico teórico, sostuve que la construcción de este tipo de sistema era técnicamente posible con el advenimiento de potentes computadoras. Por lo tanto desafiaba el principal contraargumento soviético que se basaba en que ese tipo de sistema era contrario a cualquier principio físico. Tercero, argumenté que la creación de un sistema para la defensa nuclear neutralizaría la capacidad de los misiles de la Unión Soviética, y que pondría fin a la imposición soviética como dominación mundial. Una vez publicado el libro, me convertí en una especie de celebridad entre americanos ultraconservadores."
RI: En aquella época, el SDI estaba en el centro de debates muy feroces. Hubo mucha gente que temía que el SDI minara la estabilidad estratégica.
"Cierto, me enviaron a que atendiera cursos especiales, donde me enseñaron a hablar en público, incluso el arte de gesticular; luego me llevaron por todo el país donde denunciaba con ahínco a los partidarios del desarme ante audiencias de miles de personas. Luego se puso en contacto conmigo el General Daniel Graham, ex jefe del Departamento de la Agencia de Inteligencia en Defensa, y luego el consejero personal de Reagan respecto al SDI. A continuación me llamó Jay Keyworth, el consejero científico de Reagan, para invitarme a trabajar en el Instituto Hudson. Ese era el núcleo del establishment neoconservador estadounidense. Allí acudía gente de la administración del presidente. Se nombraba la gente de ese lugar para que entrara a formar parte de la administración del presidente.
Alienación

RI: ¿En qué momento volvió usted a la sobriedad, como lo dices ahora?
Confíe en mí. Le diré que estaba sinceramente feliz con el colapso de la Unión Soviética. Nada impedía que Rusia volviera a unirse con la familia de las naciones democráticas, de construir una economía de mercado, etc. A raíz de las comunicaciones con el General William Odom, ex director de la Agencia de Seguridad Nacional, ex jefe del Departamento de Estudios Estratégicos en Hudson, empecé a entender que mi entusiasmo en esta cuestión no era bienvenido. Una vez me dijo: "Dmitry, entiendo tu entusiasmo por la nueva Rusia, pero nosotros no lo compartimos. Rusia volverá a ser fuerte y seguirá con su política imperial". Gradualmente empecé a darme cuenta de su decepción por la pérdida de un enemigo. El imperio americano global necesita de un enemigo para mantener la consolidación interna. El terrorismo islámico no es el enemigo que necesitan. Los terroristas son demasiado caóticos, desorganizados, disputándose entre ellos. China estaba empezando a desarrollarse y no presentaba ninguna amenaza. La Unión Soviética se desmembraba y Rusia, ya saben, pidió cinco billones de dólares para sobrevivir. Se reían de ella, se mofaban... "Estos rusos ni siquiera son capaces de manejar a unos escasos miles de chechenos." El enemigo tiene que ser gigantesco, tiene que tener campos suficientes como para abarcar a cientos de divisiones de soldados en combate en el Armagedón. Por este motivo me pedían que me mantuviera al tanto de cualquier señal de revivificación del neoimperialismo ruso. No se imagina cuánto tuve que esforzarme para conseguir que se publicara mi libro Transformed Russia [Rusia transformada - NdT], el cual era un llamamiento a la adhesión y asociación con Rusia. Y luego me dijeron; "Dmitry, no te necesitamos con esta visión. ¡Gracias! ¡Adiós!"
RI: ¿Así, sin más?
Al General Graham le gustaba repetir; "mientras compartimos el mismo terreno, disparando en la misma dirección, no me importan tus opiniones." Muy directo. Pero si de alguna manera usted altera su punto de vista, el sistema le echará de sus rangos. Es decir, usted puede tener una cuenta twitter, escribir lo que le apetezca en facebook, hasta podría impartir cursos en universidades pero siempre habrá un vacío informativo alrededor suyo. Le colgarán la etiqueta de perdedor, plantarán el hacha de guerra. Será reducido a la insignificancia; se olvidarán de todos sus logros pasados. Tengo una carta de referencia de Daniel Graham, en la que me trata de "tesoro nacional de América". Ello tampoco me ayudó a encontrar un trabajo. Esto hay que entenderlo desde una oposición liberal: mientras a usted le necesitan, ellos estarán a su disposición. En cuanto cruza la línea, se encuentra en el país del "Olvido".
RI: A juzgar por su destino y el de Rusia, el cual se inspiró en los valores occidentales en los años 1990 y que más adelante empezó a levantarse por su propio pie, ¿cabría esperar entonces que los ucranianos también se darán cuenta que están siendo utilizados, y que verán la luz?
Por supuesto. En primer lugar Occidente no les dará ningún capital significante, y si los americanos empiezan a enviar a Europa su gas de esquisto, Ucrania solo se quedaría con el 10%, por el que se supone que debieran de mostrarse contentos. Evidentemente, para ese entonces los ucranianos se darán cuenta tarde o temprano que han sido utilizados. Pero el hecho es que después de que los americanos lo han destrozado todo, después de que el país se haya separado en diferentes partes, la recuperación va a resultar increíblemente ardua. Me temo que lo que ocurrirá será un Estado de decaimiento permanente, igual que Rumanía después del derrocamiento de Ceausescu. Creo que no tienen ningún tipo de mástil sobre el que apoyarse. Quizás se deba a su falta de experiencia en gobernar un Estado independiente.
Una vez más, Rusia es designada como el enemigo

RI: A juzgar por los eventos actuales, los Estados Unidos han conseguido encontrar un enemigo en Rusia.
Hasta puedo decirle cuando la búsqueda de ese enemigo cesó: durante el discurso de Putin en Munich en febrero del 2007. Volví a ver el video de esta conferencia muchas veces. Los representantes del establishment estadounidense se encontraban sentados en primera fila. Conocía a algunos de ellos personalmente. Por lo que cuando Putin enunció muy suavemente, muy delicadamente, que los tiempos de la dominación estadounidense habían llegado a su fin, una expresión muy curiosa brilló en la cara de una de las personas más influyentes de EE.UU., Robert Gates, director de la CIA en la época de Bush Junior, y Ministro de Defensa bajo la presidencia de Barack Obama. Por un lado noté que se encontraba perplejo - ¿cómo puede ser que alguien rete públicamente la hegemonía estadounidense? Y al mismo tiempo noté alivio en su semblante, el verdadero enemigo se había expuesto a la luz.

Y desde entonces, la vida en Estados Unidos es más relajada y confortable. Sabe, ellos viven en un mundo blanco y negro: existe lo bueno y lo malo, con NOSOTROS o en contra de ELLOS. No hay tercer camino. La existencia de vastas "áreas grises" les causa problemas.
RI: ¿Qué significado tiene la bondad para los estadounidenses?
Ya sabe usted que todos miramos el mundo a través de lentes diferentes. Supongamos que las lentes de los estadounidenses son triangulares. Cuando miramos a través de ellas, la realidad se distorsiona ampliamente. Las lentes de Rusia son redondas, también ocasionan cierta distorsión alrededor de la periferia, pero por lo general su aproximación al mundo real es mucho mejor. Los tres lados de las lentes estadounidenses son; racismo, fundamentalismo puritano y la noción del excepcionalismo. El racismo estadounidense no es el racismo común y corriente, sin duda, sino que se corresponde a una idea profundamente anclada en la psicología del establishment estadounidense en cuanto a la superioridad de la raza anglosajona, cuya presencia se ha mantenido por 400 años. Para ellos, en términos simples, el protestantismo parece expresar mejor la voluntad de dios en comparación a cómo lo hacen otras denominaciones cristianas, como los católicos o los ortodoxos. Entonces nos sitúan a nosotros, los cristianos eslavos y ortodoxos, en una jerarquía mucho más baja, aunque más elevada que la de los musulmanes. El excepcionalismo es la idea de que fueron elegidos por dios y la naturaleza, de que tienen el derecho exclusivo de civilizar a otras naciones y bendecirlas mediante la imposición del modo de vida americano sobre ellas. No leerá sobre eso en ningún libro, pero créame - está anclado en el subconsciente de un porcentaje de personas a cargo de la política estadounidense. Y el reto fundamental en relación con los EE.UU. no consiste en probar que tenemos razón respecto a ciertas cuestiones, sino en que vean el mundo a través de las lentes redondas en lugar de las triangulares.
"Nuestros líderes son exorbitantemente corteses"

RI: Creo que parte del problema respecto a las relaciones con los EE.UU. radica en que prácticamente viven en una isla. Me refiero a que el caos ocurre en algún lugar por ahí y que no se sienten demasiado concernidos. La mejor manera de convertir sus lentes triangulares en redondas sería que, en aguas neutrales de los océanos Atlántico y Pacífico, tres misiles submarinos de los nuestros surgiesen a la superficie sin ser detectados, que se quedaran por ahí todo el tiempo necesario para lanzar su descarga y que volvieran pacíficamente a su hogar. Para que los americanos se dieran cuenta que si siguen sembrando la muerte y el caos en Ucrania o intentan ejecutar las mismas tácticas en Rusia, tendrán que atenerse a las consecuencias.
¿Está seguro de que quiere que esta idea se publique? Después de todo, le intimidarán, le tratarán de carroñero y belicista...
RI: Estoy seguro.
Pues diría que en primer lugar estoy feliz de que la construcción de un sistema SDI efectivo haya fallado, el cual dejaría a Rusia sin armas disuasivas, ni de represalia. Segundo, Rusia tendría que cultivar una imagen de sí como fuerte oponente, de tal manera que sepan que no la pueden corromper. La difamarán, la denunciarán como servidora del diablo, pero la respetarán. No sé nada acerca de la demostración de submarinos ICBM [Misiles balísticos intercontinentales - NdT], pero la élite estadounidense sabe, y vale la pena recordarles a los americanos ordinarios, que fue Rusia quien derrotó a las tres armadas europeas más prestigiosas en su época - las armadas de Carlos XII, la de Napoleón y las de Hitler.
RI: No creo que la relación entre EE.UU. y Rusia empeoren demasiado, pero imaginémonos cómo se podrían desarrollar los eventos más adelante. Veamos, han declarado una horda de sanciones pero no son efectivas. Han construido docenas de bases militares alrededores de Rusia, ¿cuál será el próximo paso...declarar la guerra a Rusia?
Los anglosajones son los mayores pragmáticos. Tienen un principio; si no puedes abatirlos, únete a ellos. Rusia tiene que mantenerse firme, calmada y confidente. Luego alcanzarán cierto límite en el que se preguntarán: ¿Y ahora qué? Nos peleamos con Rusia, no obtuvimos Ucrania. Nuestros aliados, Francia y Alemania, si no se rebelan sabotearán silenciosamente nuestra política antirrusa. Y entonces el mecanismo de la democracia americana empezará a funcionar. Los republicanos dirán que Obama tiene la culpa de todo y la administración siguiente ofrecerá a Rusia un nuevo comienzo "real" y empezará a negociar en serio.
RI: Usted aconsejó a los estadounidenses sobre cómo negociar con la Unión Soviética. Dénos algunos consejos sobre cómo comportarse con los estadounidenses.
Para empezar, creo que nuestros líderes son demasiado amables. En sus apariciones públicas, deben de expresarse de forma más contundente; no deben dudar en implicarse personalmente. Sugeriría que miraran más películas western estadounidenses. ¿Se acuerdan de Clint Eastwood? Ese es el tipo de comunicación que los americanos entienden y respetan. Ese estilo es inherente a su código cultural, independientemente de su origen social, color o religión.
Este artículo apareció originalmente en el Komsomolskaya Pravda. Traducido al inglés por Elina Whaley