La vergüenza, temporal, que la imagen del pequeño Aylan tirado en la playa provocó en la opinión pública europea ya no es un peligro para los gobiernos. Mientras se siguen debatiendo las cuotas y las medidas para acoger a los refugiados, este mismo jueves han muerto doce sirios e iraquíes ahogados, al volcar la barca en la que viajaban, en las aguas que separan las costas turcas de la isla griega de Lesbos, según EFE. Este viernes, medio centenar de personas, casi la mitad de ellos niños, han muerto en tres naufragios frente a Grecia.

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La preocupación por el éxodo de los refugiados ha pasado a un segundo plano.


La preocupación por el éxodo de los refugiados ha pasado a un segundo plano y ahora lo más relevante es cómo manejar la incómoda situación que los desplazados dejan en sus países. Algunos gobiernos, incluso, toman medidas para cobrar la estancia de estas personas en sus países.

El Parlamento de Dinamarca aprobó una ley que permitía a la Policía requisar a los refugiados en la frontera cantidades en metálico superiores a 1.340 euros. La medida fue calificada de "indecente" por los detractores de la proposición y acusaron al gobierno de querer desvalijar a los más débiles.

La idea fue copiada por Suiza y Alemania. El ministro alemán de Integración, Aydan Ozoguz, anunció que quienes soliciten asilo "deben aportar a su manutención, ya sea con un porcentaje de su salario o con joyas de familia, en tanto que la percepción y monto de ayudas sociales en este país depende y así lo establece la ley, de la situación de cada uno", según recoge el diario El Mundo. Los demandantes de asilo deberán entregar los objetos de valor y el dinero en metálico que supere una cifra que oscile entre los 350 y los 750 euros. En el caso suizo tienen que entregar a las autoridades todo el dinero que lleven por encima de los 914 euros.

Algunos que tienen la suerte de llegar a Europa y conseguir el estado de asilados se encuentran con la intolerancia y la discriminación. El periódico The Times ha descubierto que en Middlesbrough, una ciudad del 130.000 habitantes a tres horas de Londres, se han pintado las puertas de los inmigrantes de rojo, un total de 155. Los habitantes de las viviendas están a la espera del asilo y el color de sus puertas ha servido para que los racistas identificaran donde viven y hayan tenido que soportar ataques xenófobos. Los medios británicos han comparado el caso con las estrellas de David amarillas en la puertas de las casas de los judíos durante el holocausto.

Pero los refugiados que llegan a Europa no son los únicos. ACNUR ha advertido de dos crisis de refugiados más olvidadas. Las que se dan en el cuerno de África por los conflictos en Yemen y Somalia y las huidas masivas en Nigeria por los ataques indiscriminados de Boko Haram, donde al menos 100.000 personas han tenido que huir de sus hogares en la región de Diffa. Según ACNUR, el conflicto en la zona ha provocado que 220.000 personas hayan huido a Níger, Camerún y Chad, y más de 2,2 millones desplazados internas en las regiones nigerianas de Adamawa, Borro y Yobe.