Las autoridades israelíes aprobaron la construcción de 153 viviendas más en asentamientos judíos en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.Este anuncio pone fin a una congelación no oficial en la aprobación de la construcción que había durado 18 meses.
© AFP 2016/ Ahmad Gharabli
Desde hace casi dos años hasta ahora, el Gobierno israelí no había avanzado planes de nueva construcción en colonias por miedo a que la administración estadounidense
castigara a Israel rechazando vetar resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU desfavorables a Israel.Los únicos proyectos relacionados con los asentamientos que habían evolucionado en este período eran la legalización —según la ley israelí- de colonias que incluso Israel consideraba ilegales o planes directores para áreas en las que el Tribunal Supremo había dado el visto bueno para actuar tras la presentación de demandas.
Los asentamientos judíos en territorio palestino son ilegales ante la ley internacional.
Comentario: ¿A alguien más le molesta que esté completamente en manos de Israel decidir qué ocurre con el territorio palestino de Cisjordania; es decir, de otros?
La construcción de estas colonias ilegales es en efecto el robo de tierras palestinas, ni más ni menos. Se trata de una estrategia de expansión territorial que busca "crear hechos en el terreno", de modo que cuando en el futuro se ponga una vez más sobre la mesa la cuestión acerca de dónde comienza Israel y dónde termina Palestina, Israel pueda argumentar que su gente vive en ese pedazo de tierra y que por lo mismo no se le puede echar. De ese modo, hace uso de su propia gente como arma. De hecho, ocurre que de entre la población israelí, los colonos suelen ser de los más extremistas, violentos y racistas, lo que juega muy bien en favor de esta estrategia.
Comentario: ¿A alguien más le molesta que esté completamente en manos de Israel decidir qué ocurre con el territorio palestino de Cisjordania; es decir, de otros?
La construcción de estas colonias ilegales es en efecto el robo de tierras palestinas, ni más ni menos. Se trata de una estrategia de expansión territorial que busca "crear hechos en el terreno", de modo que cuando en el futuro se ponga una vez más sobre la mesa la cuestión acerca de dónde comienza Israel y dónde termina Palestina, Israel pueda argumentar que su gente vive en ese pedazo de tierra y que por lo mismo no se le puede echar. De ese modo, hace uso de su propia gente como arma. De hecho, ocurre que de entre la población israelí, los colonos suelen ser de los más extremistas, violentos y racistas, lo que juega muy bien en favor de esta estrategia.