Las excavadoras del Ejército israelí destruyeron este martes 24 estructuras en las aldeas palestinas de Yinba y Halaweh dejando sin hogar a 180 personas, entre ellas 70 niños, según datos facilitados a Sputnik-Nóvosti por las ONGs israelíes Paz Ahora y Rompiendo el Silencio.

Todas las viviendas y construcciones arrasadas estaban financiadas por la UE y el Programa de Desarrollo de la ONU (UNDP).
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© AFP 2016/ Hazem Bader

Diez de las 15 casas demolidas en Yinba habían sido renovadas gracias a la ONG Acción Contra el Hambre-España, con financiación de la UE que incluye fondos de la cooperación española.

En Yimba y Halaweh, el ejército destruyó, además, cinco baños y confiscó cinco paneles solares donados por UNDP y el Gobierno danés, así como un coche particular palestino.

En 1980, el Ministerio de Defensa israelí declaró que más de 30.000 dunams (30 kilómetros cuadrados) de tierra palestina situada en las colinas del sur de Hebrón, en el territorio ocupado de Cisjordania, constituirían la Zona de Fuego 918 para entrenamiento militar.


Comentario: Sólo Israel puede con todo descaro declarar que una zona habitada por civiles será usada como un campo de fuego para entrenamiento militar, y salierse con la suya.


En el área vivían más de 1.300 personas en doce aldeas que se dedicaban al ganado.

Ocho aldeas, con una población de mil habitantes, recibieron órdenes de desalojo en 1999 y fueron evacuadas a la fuerza.


Comentario: ¿Su crimen? Vivir.


Montaron a la gente en camiones y la dejaron tirada en la carretera.

El Ejército destruyó sus casas y cisternas y confiscó sus propiedades.

Los expulsados pudieron volver a casa después de que su caso se llevara a los tribunales en el año 2000, gracias a la Asociación de Derechos Civiles de Israel (ACRI).

En el 2013, con motivo de nuevas peticiones al Tribunal Supremo de Israel contra los intentos de expulsión de los habitantes de la Zona de Fuego, el escritor israelí David Grossman lanzó una campaña de apoyo a las aldeas secundada por autores de prestigio internacional como Mario Vargas Llosa.

En septiembre del 2013, los jueces determinaron que los vecinos de la Zona de Fuego 918 y el ministerio de Defensa entraran en un proceso de mediación para llegar a un acuerdo.

Este lunes, el Gobierno israelí declaró al Supremo que la mediación había fracasado y mandó las excavadoras a Yinba y Halaweh.


Comentario: Usualmente cuando una mediación fracasa se regresa al punto inicial de la negociación, y se restablecen los términos de la misma; no simplemente se envían las excavadoras. Es decir, Israel nunca tuvo ningún interés en que las mediaciones fuesen exitosas, ya que luego de su fracaso consiguió su propósito.


Las excavadoras no acabaron de ejecutar su plan el martes porque los vecinos de las aldeas afectadas presentaron un recurso al Supremo solicitando el cese de las demoliciones, que se congeló hasta el 9 de febrero.

Yehuda Shaul, uno de los fundadores de la ONG israelí Rompiendo el Silencio, destacó a Sputnik-Nóvosti "el intento (por parte de Israel) de limpiar a las comunidades palestinas de la zona C (de Cisjordania, área controlada militarmente y administrativamente por Israel) y empujarlas a las áreas A y B (control palestino total o parcial) para que la ocupación sea un proyecto más fácil de mantener y sostener".

"Los israelíes han venido a las 6 de la mañana y nos han destruido la casa", relató Mariam Majambre, de 70 años, que vio cómo las excavadoras del Ejército israelí demolían su hogar en la aldea de Yinba, en las colinas del sur de Hebrón.

En casa de Mariam vivían diez personas, entre ellas cinco niños. Ahora no saben dónde van a pasar los próximos días. Contemplan la opción de trasladarse temporalmente a una cueva cercana de la época de los cananeos, hace más de 3.000 años. El problema es que tiene filtraciones de agua.

"Los israelíes han llegado a las 5 de la mañana para causar el mayor daño posible, antes de que el Tribunal Supremo abriera y hubiera posibilidad de solicitar una orden para detener la demolición", explicó un trabajador de la ONU ante los restos de una casa en Yinba.


Comentario: Una coincidencia que suena a que fue un acto completamente deliberado.


Con tristeza, Mariam contó que llevaba diez años viviendo en esta casa rudimentaria, aunque antes había tenido otra vivienda en Yinba que los israelíes destruyeron.

Mariam es nacida en Yinba y sus padres también.