Dos presidentes regionales (
Chaves y Griñán) que no sabían nada del megafraude de los ERE y los cursos de formación bajo sus pies; una ministra (
Mato) que nunca vio el Jaguar aparcado en su casa; una presidente autonómica (
Aguirre), que haciendo méritos para su futuro de cazatalentos, fichó sin saber a un ejército de corruptos; un presidente de Gobierno y de un partido (
Rajoy) que ignoraba cómo se gestionaba el dinero de la formación política, tan imputada como sus tres tesoreros; una infanta (
Cristina) que firmaba desde Babia los papeles de una trama corrupta... y ahora, una alcaldesa (
Barberá) sin tener idea de que todos y cada uno de sus compañeros de corporación hacían méritos para ser imputados por un claro caso de corrupción estructural en el Consistorio valenciano...
Ese podría ser un buen resumen de cómo
España ha tenido desde hace años gestores que, o bien son tontos, o ciegos o demasiados listillos. En todos y cada uno de los casos resulta complicado creer que no fueran conscientes de la corrupción que campaba a su alrededor.
Hipótesis 1: El tontoHabría que ser muy tonto para no darse cuenta de cómo uno está rodeado de corrupción. ¿Puede pasar? Puede, pero el nivel de estupidez/ineptitud debe ser tal que debería imposibilitar a cualquiera que lo ostente a volver a ejercer cualquier cargo oficial... De hecho, yo no me fiaría ni de enviarle a por pan. Ya no digo hacerle senador o senadora... No obstante, de los arriba indicados, creo que hay algún caso que sí se ajusta a esta teoría. Adivina, adivinanza.
Hipótesis 2: El ciegoDado que no hay médico capaz de certificar que ninguno de los mencionados sea invidente, esta hipótesis debemos descartarla. Por un momento, podríamos haber pensado que en un país donde ni siquiera un ciego puede ejercer su derecho constitucional al voto secreto, habíamos conseguido que fueran muchos los que llegaran a las instituciones... pero no.
Hipótesis 3: Demasiado listillosEsta parece que es la teoría que tiene más posibilidades, que se impone sobre el resto en la mayoría de los casos -salvo los que se ajustan a la del tonto-. Esta tercera hipótesis, la del listo que pone los cordones santiatarios suficientes para no verse salpicado, aunque finalmente lo sea; la del que cree que no coger tajada -si es que efectivamente no cogió- le libra de culpabilidad a pesar de haber estado mirando a otro lado para que sus colegas sí se lo llevaran calentito... o que cogiendo cree que nunca será cazado es la más plausible.
"Es que España siempre ha sido un país de pillos", dirán alguno. ¿Pillos? No se engañen, que eso implicaría cierta astucia, cierta habilidad para engañar a los demás y en
todos y cada uno de los casos de corrupción se ha hecho con descaro, de un modo zafio y con unas cotas de desfachaztez sólo comparables a la confianza que el pueblo había depositado en ellos cuando fueron elegidos (salvo el de la infanta, que como miembro de una institución antidemocrática nunca lo fue).
Y ahí radica nuestra cuota de responsabilidad, no tanto pasada como futura: exijamos controles reales y efectivos en la gestión de lo público. Y quien se niegue a ponerlos en marcha, que engrose la lista de sospechos. Mano de hierro.
Ni tontos, ni ciegos, ni demasiado listillos en mi opinión. Esta gente es una jauría de hienas carroñeras sin sentimientos ni remordimientos, yonkies del dinero. El ejemplo humano, si se merecen el calificativo, más cercano a esta gentuza es el empresario "El Pocero", típica estampa del corrupto PP-Psoe español. Lo peor es que todo esto sólo es la punta del iceberg. Hay mucha más corrupción que no se ha llegado a destapar, tal vez en menor grado pero no menos grave si sumamos los casos.
El caso de los cursos de formación no es exclusivo de Andalucía, yo mismo he sido testigo hace pocos meses de fraude en cursos de seguridad laboral (que son obligatorios y por los cuales las etts reciben dinero de todos los españoles para impartirlos) cuya asistencia hacen firmar a los trabajadores mediante estratagemas y que finalmente no son impartidos, estoy hablando de una ett que opera a nivel nacional. Son casos de corrupción institucionalizada ya que por ley estas empresas son declaradas como obligatorias intermediarias en el mundo laboral sin necesidad alguna y sobre las que se ejerce escaso o nulo control. Finalmente, la existencia de estas empresas parásitas repercuten en una bajada salarial notable para el trabajador (66% de sisa sobre el bruto que pagan las empresas por cada trabajador, en algunos casos) apoyadas por la última reforma laboral y falsean las listas del paro en favor de las encuestas aumentando salvajamente la temporalidad de los empleos para que luego nos puedan decir en los medios de desinformación que el paro ha descendido.
A todo esto los sindicatos no mueven ni un dedo, no recibimos ni un cabo por su parte, sólo se controla la superficie visible del mundo laboral a pesar de que hay delegados sindicales en la mayoría de empresas. Se han acomodado en sus sueldos teniendo una montaña de trabajo por hacer aunque luego bajen de las nubes para darse unas palmaditas con los trabajadores a los que tienen totalmente desamparados.
Lo peor es que en este panorama de incertidumbre de pactos en el parlamento, el gobierno provisional del PP esta aprovechando para cerrar y ocultar más trapicheos como en el caso de la industria papelera de Pontevedra. El gobierno provisional del Partido Popular ha concedido 60 años más (que se dicen pronto) de concesión a esta empresa que lleva décadas contaminando la ría de la zona. Se amparan en la conservación de puestos de trabajo que genera dicha empresa, pero esconden la destrucción de centenares de puestos de trabajo que generaría en los mariscadores e industria relacionada con el marisqueo de la ría. No me extrañaría nada que los vendidos del Psoe estean haciendo lo mismo en las empresas controladas por sus tentaculos. Como este habrá miles de casos más repartidos por la geografía española que intencionadamente, desde todos los medios de comunicación en España, se nos esconde o nos los dosifican a cuenta gotas para que no salgamos a la calle de nuevo pese a la ley mordaza... toda una joya este país.