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Entre 60% y 70% de los niños afectados, y que no han sido tratados, continúan con este trastorno una vez que se convierten en adultos.

El consumo habitual de Omega 3 asegura una mejor concentración de los niños y combate el déficit atencional, según constataron investigadores de la Universidad de Harvard y Berkeley en Estados Unidos.

Al analizar la sangre de niños que sufren Trastornos por Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH) con algunos menores que no padecen estos trastornos, los especialistas comprobaron que los niños que están afectados por estos problemas tienen en su cuerpo niveles más bajos de ácidos grasos Omega 3.

En el estudio concluyeron que los ácidos grasos Omega 3 son necesarios para el normal funcionamiento de los ojos y de la corteza cerebral, la región del cerebro que maneja las funciones superiores tales como el razonamiento y la memoria.

Además, comprobaron que la ingesta de Omega 3 ayudaría a prevenir alergias, asma, dolores de cabeza y de estomago, infecciones del oído y, la piel seca de los niños y jóvenes que presentan Trastornos por Déficit Atencional e Hiperactividad.

Este descubrimiento es importante, sobre todo si se considera que entre un 60% a un 70% de los menores afectados continúan con el trastorno una vez que se convierten en adultos, lo que tiene un alto impacto en la sociedad, en términos económicos, estrés familiar, conflictos escolares y/o dificultades en el trabajo.

A estos antecedentes se suma la noticia de que la EFSA, máxima autoridad europea encargada de velar por la seguridad alimenticia de la Unión Europea, reconoció este año que además de lo anterior, el Omega 3 de la semilla de chía- conocido bajo sus siglas de ALA- ayuda al desarrollo cerebral de los niños.

Esto es muy importante, pues el organismo internacional acepta y ratifica los estudios que demuestran que el consumo Omega 3 vegetal, presente en la semilla de chía y linaza, ayuda al buen desarrollo e inteligencia de los niños en etapas preescolar y escolar, lo que es clave pensando que existen más de 3,5 millones de alumnos en Chile que necesitan mantener o mejorar su rendimiento.

La semilla de chía además de ayudar a combatir el déficit atencional de los niños, favorece la prevención de enfermedades cardiovasculares, refuerza el sistema nervioso y protege a las células de posibles daños. También regulariza el tránsito intestinal, ya que posee un alto contenido de fibra, y gracias a su elevado nivel de antioxidantes retarda el envejecimiento.