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La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) asumirá hoy en esta capital un Plan de Acción que posibilite enfrentar y atenuar los efectos de la severa crisis financiera que asola a Europa y Estados Unidos.

El programa de medidas conjuntas deberá ser aprobado por el Consejo Sudamericano de Economía y Finanzas y permitirá, por primera vez, dar una respuesta política regional a la fuerte turbulencia económica mundial.

Los detalles del plan fueron ultimados la víspera aquí por el Grupo de Trabajo de Integración Financiera (GTIF) y funcionarios de los ministerios de Economía y los bancos centrales de los 12 países miembros de Unasur.

En la reunión pudo avanzarse en la ampliación de un fondo de reservas anticíclico para toda la región, similar al que ya utilizan Perú y Ecuador, pero todavía falta por definir el monto final del cual dispondrá contará.

También se logró adelantar en la creación de una comisión encargada de detectar la existencia de medidas y trabas paraarancelarias a nivel intrarregional, a fin de poder corregirlas y poder apuntalar el comercio entre los países del bloque.

Este será un modo de hacer frente -en parte- a la previsible caída del comercio mundial, como consecuencia de la severa crisis internacional que sacude hoy a los principales mercados del mundo.

Otros de los acuerdos alcanzados fue reforzar el financiamiento regional, con una mayor capitalización de la Corporación Andina de Fomento (CAF), y ratificar el apoyo a la creación del Banco del Sur, una decisión que requiere de la aprobación legislativa.

El fomento del uso de monedas regionales para el comercio exterior, como el sistema denominado SML implementado por Argentina y Brasil y al cual se podrían sumar Chile y Uruguay en breve, fue otro de los temas abordados por los expertos.

En el documento final -anticipó la agencia de noticias Télam- también se mencionarán medidas macroprudenciales, entre éstas la imposición de control sobre los capitales golondrinas, así como la necesidad de consolidar el sistema de tipo de cambio flexible.

Con esta última se pretende atenuar los potenciales impactos que puedan aparecer a causa de la apreciación cambiaria de las monedas del Cono Sur respecto al dólar ante la prolongación de la crisis en Estados Unidos.