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En este nuevo artículo, quiero exponerles algo que me ha llamado sumamente la antención.

La cuestión es que recientes investigaciones llevadas a cabo por un equipo de cazatesoros suecos en busca de algún pecio naufragado del que rescatar algún doblón, ha tenido un resultado totalmente inesperado. Algo hay en el fondo del mar Báltico - frente a las costas de Finlandia y Suecia - de unos 18 metros de diámetro que parece haber dejado una huella de arrastre de unos 300 metros en el lecho marino.

Mediante sonar se han obtenido estas curiosas imágenes que desde el grupo de cazatesoros se dice que "jamás han visto nada parecido". Situado a 90 metros bajo las aguas bálticas, la incógnita sugiere múltiples teorías.

Hay quien arguye que puede ser una porción de tierra sumergida con un templo (o formación), similar a Stonehenge. Otros arguyen que pudiera tratarse de una formación geológica de características atípicas (lo más probable).

Y los más atrevidos aseguran que es un O.V.N.I. estrellado (de hecho tiene una forma similar al Halcón Milenario, entiéndanme este sarcasmo), al más puro estilo Michael Crichton.

Afirmar que tal cosa pueda ser un O.V.N.I., personalmente, me viene grande. Aunque bien es cierto que en julio del 2009, Rusia desclasificó un montón de material de avistamientos de O.S.N.I. durante la época de la Guerra Fría. Objetos subacuáticos, al estilo de Abyss.

Al menos el 50 por ciento de los avistamientos fue en el océano y otro 15 por ciento en lagos como el Baikal, el más profundo del mundo, en el que tres buzos de la marina rusa perdieron la vida persiguiendo "un grupo de criaturas humanoides vestidas con trajes plateados" - o eso es lo que se dice - a 50 metros de profundidad.

Otro caso llamativo, es el de un subcomandante que detalla el encuentro con un O.S.N.I. bajo el agua que alcanzaba velocidades de 230 nudos (unos 400 km/h), "desafiando las leyes de la física".

Lo cierto es que hasta que no se baje hasta allí no sabremos que es - si es que lo llegamos a saber - pero no cabe duda que tal anomalía nos hace pensar y replantearnos ciertos aspectos, que de ser ciertos cambiarían nuestra historia y la percepción de la realidad en la que vivimos.