Los campamentos de entrenamiento militar para los visitantes del país hebreo escandalizan a algunos israelíes.


Los emprendedores han sabido aprovechar la dura experiencia cotidiana de los ciudadanos de Israel para crear un entretenimiento fuera de lo común. Se trata de un campo de entrenamiento donde los turistas extranjeros pueden recibir lecciones de tiro al blanco y algunas técnicas de autodefensa.

"Estamos viajando por Israel y es una parte de esta experiencia israelí. Es algo que usted puede hacer sólo en Israel y es fascinante", cuenta Rachel Frogel, una turista estadounidense.

Sharon Gat, el fundador del negocio, señala que para él "era importante darle a la gente judía una sensación de seguridad aquí en Israel. Cuenta con un Estado, un Ejército y todas las oportunidades para recibir un entrenamiento antiterrorista". Pero este aprendizaje puede resultar interesante si uno no tiene que ponerlo en práctica. Para los residentes locales, estos cursos hacen que sus problemas se conviertan en un tópico de los itinerarios turísticos, en vez de parecer una amenaza real.

Los que se ven obligados a convivir con el peligro creen que puede resultar incluso nocivo para los israelíes que se presente el asunto como un pasatiempo. Por otro lado, la inclinación a orientar el problema haciendo referencia solo al uso de la fuerza también encierra un riesgo.