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La vitamina B12 (cobalamina) es un nutriente esencial que debe ser aportado, principalmente a través de la dieta. Las bacterias que forman la flora intestinal tienen capacidad para sintetizar dicha vitamina, aunque el aprovechamiento es mínimo, ya que la síntesis ocurre muy distal a su zona de absorción y se elimina principalmente por las heces.

Los alimentos más ricos en vitamina B12 son las vísceras como el hígado de los bovinos, el marisco (almejas y ostras, principalmente), el pescado (salmón y sardinas), la carne roja y la yema de los huevos. Ciertas algas, como la Espirulina, presentan vitamina B12, pero no se encuentra en una forma química óptima para su absorción y utilización (Dagnelie P et. al, 1999).

Absorción

El sistema digestivo tiene un eficiente sistema absorción de las mínimas cantidades diarias de vitamina B12. En el estómago es separada del alimento, y gracias al pH ácido del estómago, se une a una proteína formando el complejo Proteína R-Vitamina B12. Este complejo pasa al duodeno, donde el pH alcalino y las proteasas pancreáticas, degradan la proteína R y se libera la vitamina B12 que se une al Factor Intrínseco (FI). El complejo vitamina B12-FI es muy resistente a la digestión y viaja a través del intestino delgado hasta el íleon, y más concretamente en la parte distal del íleon, muy cerca de la válvula ileocecal. Las microvellosidades de las células epiteliales del íleon son muy específicas para la absorción de la cobalamina.

El correcto funcionamiento del sistema digestivo, manteniendo el pH adecuado en cada zona del tracto gastrointestinal, es imprescindible para la correcta absorción de la vitamina B12. Numerosas publicaciones han demostrado que las personas que utilizan de forma crónica antiácidos presentan deficiencia de esta vitamina.
Requerimientos y Dosis terapéuticas

Cantidades muy pequeñas son suficientes para satisfacer las necesidades diarias de vitamina B12. Algunos países proponen el consumo diario de 2-3 mcg. Existen numerosas variables que pueden aumentar las necesidades, llegando a ser recomendable entre 1.000 y 3.000 mcg/día, sin ningún efecto secundario.

Entre las múltiples causas que pueden provocar déficit se encuentran:
- Insuficiencia dietética: vegetarianos o veganos y personas con necesidades aumentadas como mujeres embarazadas y lactantes.

- Desórdenes gastrointestinales: déficit de ácido estomacal, proliferación excesiva de bacterias en el intestino delgado, déficit de enzimas pancreáticas, infección por hongos o parásitos (cándidas), etc. También afectaciones específicas de la válvula ileocecal (inflamaciones, trastornos de pH,...).

- Desórdenes de transporte plasmático: falta congénita de proteínas de transporte o déficit de proteína R.

- Medicamentos: antiácidos, para la gota, para la diabetes, antibióticos, etc. han demostrado provocar déficit de vitamina B12. Es muy recomendable que todas aquellas personas que toman antiácidos de forma habitual se suplementen con vitamina B12 (Belaiche J et al, 1983).

- Intervenciones quirúrgicas: cirugías estomacales, intestinales, etc. pueden ocasionar alteraciones en la digestión y absorción de la vitamina B12.
Durante años, la administración inyectable ha sido la elección de preferencia por muchos médicos y terapeutas. En los últimos años se ha demostrado que la toma oral puede ser altamente efectiva (Mariño Suárez et. al, 2003).
Funciones

La vitamina B12 tiene numerosas funciones:
- Interviene en la síntesis de proteínas (producción de material genético).

- Contribuye la formación células sanguíneas, siendo especialmente importante para la formación de hematíes. Puede ser útil la suplementación con B12 para el tratamiento de anemias, sobretodo para la anemia perniciosa (falta de factor intrínseco) y la megaloblástica (déficit de hematíes y de gran tamaño).

- Es necesaria para el correcto funcionamiento del sistema nervioso central (participa de la síntesis de neurotransmisores) y el cuidado de la vaina de mielina que recubre los nervios periféricos. Un déficit de B12 puede provocar irritabilidad, agotamiento, pérdida de memoria semántica y depresión.

- Previene la acumulación de homocisteina en el organismo, una sustancia que aumenta el riesgo de patología cardiovascular. Actúa conjuntamente con el ácido fólico.

- Participa del metabolismo de los ácidos grasos. Es una coenzima para la producción de ATP.

- Ayuda al correcto funcionamiento del sistema inmune. Puede ser útil el tratamiento con vitamina B12 en personas con problemas digestivos e inmunitarios, sobretodo cuando se reflejan en la piel: dermatitis, eccemas, etc.
Conclusiones

La vitamina B12 tiene numerosas funciones para el organismo. Las necesidades diarias pueden verse afectadas por numerosas razones, algunas de ellas muy habituales en nuestra sociedad (por ejemplo, los desórdenes gástricos o la toma de medicamentos). El aporte a través de la dieta debe ser principalmente a partir de productos animales, por lo que los veganos y personas con necesidades aumentadas deben valorar la idea de utilizar un suplemento de vitamina B12 si quieren prevenir futuros problemas de salud.

La utilización de la vitamina B12 en forma de suplemento por vía oral es muy efectiva. Dosis de 1000 a 3000 mcg./ día pueden ser de utilidad para tratar numerosos trastornos (desde la anemia a la falta de memoria semántica, pasando por problemas de piel).