La hipótesis más extendida afirma que los agujeros negros se forman tras la explosión de estrellas masivas. Sin embargo, la existencia de agujeros formados a edades tempranas del universo y las ondas gravitatorias descubiertas en 2016 ponen en tela de juicio esta teoría. Los científicos rusos de la MEPhI dan una respuesta a este misterio.
Hasta la fecha, los científicos han descubierto cerca de un millar de objetos en el Universo que han recibido el nombre de agujeros negros. Se trata de una región de espacio-tiempo cuya fuerza gravitatoria es tan inmensa que ni los objetos que se mueven a la velocidad de la luz, incluidos los propios fotones, pueden escapar de ella.
Lo cierto es que hoy día todas las pruebas de la existencia de los agujeros negros son indirectas, lo cual, desde el punto de vista de muchos científicos, no disminuye en absoluto su valor. Si se tomaran en consideración únicamente las pruebas directas, habríamos tenido que reconocer que el Sol gira alrededor de la Tierra, y no al revés.
Se tiene claro desde hace tiempo ya que los agujeros negros pueden formarse tras la explosión de estrellas masivas.