Las plantas, a través de sus sensores, reaccionan a los estímulos externos de forma parecida a como lo hacemos las personas a través de nuestros cinco sentidos,
con la diferencia de que al parecer ellas cuentan con más de estos sensores, es decir sentidos, que nosotros. Por poner algunos ejemplos, la mimosa es un árbol que reacciona al contacto directo como si tuviera una especie de tacto, y los brotes de los girasoles cambiarán la dirección en la que crecen si se les roza con una fibra de algodón.
Esto sucede porque las plantas poseen los llamados genes de contacto, los que una vez activados, harán que la planta cambie el comportamiento de su crecimiento.
En relación al sentido de la vista los girasoles, en su constante orientación al
sol, son el mejor de los ejemplos. Otro lo encontramos en la flor Portulaca, que puede distinguir entre los rayos solares y la
luz reflectada y básicamente evalúa las partículas rojas y las azules.
Con respecto al sentido del oído nos remitimos a un informe de Paula Goddard de 2007 titulado "Puede que las viñas amen a Vivaldi" y no porque las
plantas tengan orejas
, si no porque sus células poseen una membrana incluso más sensible que el oído humano.
Comentario: O muy facilmente podría ser que las leyendas del dragón tienen mucho que ver con historias y consecuencias de bolas de fuego y cometas, para conocer un poco al respecto leer:
- Fuego y hielo: El día después de mañana
- La Era Dorada, la Psicopatía y la Sexta Extinción (2ª Parte)