Los científicos han detectado una extraña y muy potente señal en el espacio profundo, a 5.500 millones de años luz de distancia. Se cree que es un estallido masivo de ondas de radio, un acontecimiento cósmico llamado 'blitzar'.
© nasa.gov
Los llamados 'blitzar', el estallido de la radiación electromagnética, duran tan solo un milisegundo, pero producen
tanta energía como el Sol en varios millones de años. Ahora los
astrónomos han conseguido detectar esta ráfaga en actividad, informa la revista
'New Scientist'.
Emily Petroff,
científico de la Universidad Swinburne, en Melbourne (Australia), y uno de los miembros del equipo que monitoreó el fenómeno mediante
radiotelescopios, sostiene que el origen de destello estaba cerca de la constelación Acuario. Esta revelación permite a los astrónomos excluir otras causas que hubieran podido generar la explosión, como brotes de rayos gamma y supernovas.
Aparte de los datos del observatorio han descubierto nuevas propiedades de esos destellos. Las olas de radiación electromagnética parecen ser polarizadas de manera circular y no lineal. Esto demuestra que estas ondas vibran en dos superficies planas.
Si se logra encontrar las fuentes de energía, que generan estos
brotes, se podría calcular la densidad del medio interestelar. De conocer este valor, los astrónomos podrían resolver uno de los mayores enigmas del presente sobre cómo evolucionó el universo.
Comentario: En otras palabras, los objetos más allá de Neptuno presentan perturbaciones debido a la influencia gravitacional de uno o más objetos mayores aún no descubiertos en la vecindad.
La respuesta no es necesariamente nuevos planetas. Por ejemplo, existe la teoría entre algunos astrónomos que indica que nuestro sol podría tener una estrella compañera, lo que haría del sistema solar un sistema binario (los sistemas binarios son, de hecho, más comunes que las estrellas solitarias). Una razón por la cual no distinguiríamos esta segunda estrella es que se encontraría en un punto orbital muy lejano y/o sería relativamente pequeña en comparación con el sol. Pero también podría encontrarse relativamente cerca, aunque más allá de Neptuno. En ese caso no la veríamos porque se trataría de una "enana café" que no emitiría luz, habiendo consumido su combustible interno.
En cualquier caso, hay una consecuencia importante para nosotros de la presencia de uno o más objetos mayores en los límites del sistema solar. Tales objetos perturbarían los cometas que se encuentran en la Nube de Oort, lanzando una gran cantidad de ellos hacia el interior del sistema solar, donde se encuentra la Tierra. Las periódicas lluvias de cometas explicarían las extinciones masivas cíclicas en nuestro planeta.
Para mayor información sobre el tema, vean la serie sobre Cometas y Catástrofes de Laura Knight-Jadczyk:
Meteoritos, asteroides y cometas: daños, desastres, heridas, muertes y encuentros muy cercanos
Tunguska, los cuernos de la luna y la evolución
El cometa Biela y la vaca de la Srta. O'Leary
Treinta años de cultos y cometas
Guerras, pestes y brujas
Tiro al Pavo cósmico
El Peligro de las bolas de fuego y los cometas para la civilización
Nueva luz sobre la Peste Negra: La conexión cósmica