OF THE
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¿Son los segundos versiones ya apagadas de los primeros o se trata de objetos diferentes?, se preguntan los científicos.La luz de los cuásares distantes ha tardado miles de millones de años en alcanzarnos, de modo que estamos viendo el pasado del universo.
"Los astrónomos siempre hemos querido comparar pasado y presente, pero esto ha resultado casi imposible porque a grandes distancias solo podemos ver los objetos más brillantes - apunta Jack W. Sulentic, investigador del IAA que encabeza la investigación - . Hasta ahora hemos comparado cuásares lejanos muy luminosos con los cercanos y débiles, lo que equivale a comparar las bombillas de casa con los focos de un estadio de fútbol".
"Las mediciones realizadas por varios de los instrumentos de la Cassini durante un cercano encuentro con Hyperion, el 26 de septiembre de 2005, indican que algo inesperado tuvo lugar en el entorno de partículas cargadas alrededor de la nave espacial. Entre esos instrumentos, el Espectrómetro de Plasma de Cassini (CAPS), detectó que la nave espacial durante un breve período estuvo conectada magnéticamente a la superficie de Hyperion, lo que permitió que los electrones se escaparan de la luna hacia la sonda robótica."El informe continúa:
"El hallazgo es sorprendente, ya que se pensaba que esta luna, de pequeño y extraño aspecto, era un simple objeto inerte, que no sufriría ninguna interacción fuerte con la magnetosfera de Saturno. No obstante, cuanto menos el análisis del equipo indica que Cassini detectó un remoto y fuerte voltaje negativo en Hyperion. 'Fue como si Cassini recibiera una descarga eléctrica de 200 voltios desde Hyperion, a pesar de que les separaba una distancia de más de 2.000 kilómetros en aquel momento', comentaba el investigador Tom Nordheim."Desde la teoría del Universo Eléctrico se ha propuesto desde hace tiempo que todos los planetas y lunas de nuestro sistema solar son cuerpos cargados eléctricamente. El "haz de partículas" emitido por Hyperion, un cuerpo que la NASA había asumido como un "simple objeto inerte", no es único. Los entornos altamente electrificados de los gigantes gaseosos Júpiter y Saturno contribuyen a los extraordinarios fenómenos vistos en sus respectivas lunas, como los explosivos chorros eléctricos de Encelado que los científicos planetarios llaman "géiseres", y los arcos eléctricos que circundan, y a veces atraviesan, la superficie de la luna Io de Júpiter, pero que los científicos de la NASA interpretan como "volcanes".
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