La medicina moderna ha promovido el terror a los virus y las bacterias, pero la verdad es que nuestra vida depende de ellas completamente. La medicina moderna, sobretodo en la era del SIDA, el Antrax, el Ebola y demás, ha promovido el terror a los virus y las bacterias, pero la verdad es que nuestra vida depende de ellas completamente. Tenemos 10 veces más microbios en nuestro organismo que células. Se trata de
billones de seres vivos que han convivido con nuestro cuerpo a lo largo de la evolución y que son fundamentales para la vida y la salud humana. De hecho,
no hay modo de que los humanos podamos vivir saludablemente si no es en simbiosis con las bacterias benéficas. Dicho equilibrio recibe el nombre de
eubiótica. A pesar de ser tantos, estos huéspedes no ocupan mucho espacio pues son mucho más pequeños que nuestras células. Los encontramos alojados en la piel, en todas la mucosas y sobretodo en el tubo intestinal humano, con una clara preponderancia del intestino grueso.
Adquirimos las bacterias a partir del nacimiento: durante el parto, en particular durante el proceso de la lactancia gracias al contacto con la piel y la leche maternas; y a lo largo de la vida millones de bacterias entran a nuestro tubo digestivo por contacto con los alimentos , el agua y otras personas.
Se considera que nos habitan más de
40000 especies diferentes de bacterias, agrupadas principalmente en dos géneros:
Firmicutes y
Bacteroidetes. Hoy sabemos que
cada individuo cuenta con un microbioma característico.
Comentario:
Sugerimos también a nuestros lectores la lectura de los libros:
La Historia Secreta del Mundo (Laura Knight-Jadczyk)
Cometas y los cuernos de Moises (Laura Knight-Jadczyk) (en inglés)
y los artículos:
- Escenario apocalíptico: Millones de asteroides asesinos amenazan al planeta
- Meteoritos, asteroides y cometas: daños, desastres, heridas, muertes y encuentros muy cercanos
- Tunguska, los cuernos de la luna y la evolución
- El Peligro de las bolas de fuego y los cometas para la civilización
- Nueva luz sobre la Peste Negra: La conexión cósmica