Si considerásemos que nuestro cerebro es un ordenador cuántico y lo investigáramos desde esta perspectiva, ¿qué encontraríamos? Esto es lo que se ha planteado el físico teórico de la Universidad de California en Santa Barbara (EEUU), Matthew Fisher. En el marco de un proyecto bautizado como Quantum Brain, Fisher y su equipo realizarán rigurosas pruebas experimentales para intentar determinar si esta nueva metáfora del cerebro realmente funciona.
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Las diferentes etapas de la historia de la ciencia han llenado de metáforas el mundo. Así, las matemáticas de los pitagóricos nos hicieron pensar en la "música de las esferas", la física de Newton en un cosmos como mecanismo perfecto o la teoría del multiverso en mundos alternativos posibles.
Estas metáforas o imágenes están muy bien porque posibilitan no solo que entendamos la realidad cada vez más, sino también realizar nuevos hallazgos. Quizá al final la imagen quede superada y haya que buscar otras para completar nuestros conocimientos, pero hasta ese momento nos ha ayudado a avanzar.
Como era de esperar, desde su aparición a principios del siglo XX, la mecánica cuántica está originando nuevas imágenes para la comprensión de la realidad. Ya lo hemos visto en diversas ramas del conocimiento, como la
zoología o la
astronomía; y, cada vez más, lo estamos viendo en el ámbito de la neurología.
La cuestión que subyace a este enfoque es la siguiente:
¿Es posible que las leyes de la materia a nivel subatómico puedan atañer, también, a la materia a niveles "más grandes"? De ser así, tal vez debiéramos considerar que un órgano macroscópico como el cerebro no funcione como un "
ordenador clásico" (una de las metáforas que a menudo se han utilizado para explicar el cerebro) sino como un "ordenador cuántico".
Comentario: La ciencia se está adentrando cada vez más en el campo de lo que algún día fuera terreno de la ciencia ficción. Si bien este aparato que lee interpreta la subvocalización podría ser útil para algunas personas que no tienen la capacidad de verbalizar, ¿cuáles son los riesgos de permitir que una red neuronal artificial se vuelva tan eficiente para leer nuestros pensamientos, aunque éstos sean solamente aquellos pensamientos "destinados a verbalizarse"? ¿Y qué impacto podría tener que de repente ya no necesitemos hablar porque podemos hacerlo a través de una máquina que interpreta lo que queremos decir? Ya vemos cómo nos afecta que dejar de escribir a mano, por ejemplo; y que los teléfonos móviles nos hacen menos inteligentes. Ante todo, es necesario tomar las medidas de precaución necesarias cuando se desarrollan estas tecnologías.
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