"No vuelven más", les gritaron con odio a los peronistas. Pero volvieron. Ahora sí, unidos y organizados.
© Agustin Marcarian / Reuters
El movimiento político central de la historia argentina ganó las elecciones presidenciales en una jornada inusualmente tranquila en un país acostumbrado a la tensión en torno a los resultados y a la incertidumbre por las reacciones de los candidatos.
Las especulaciones sobre una posible resistencia de Mauricio Macri a reconocer la derrota se difuminaron muy pronto, en cuanto el presidente salió al escenario y,
con una serenidad que no se le había visto en años, felicitó a Alberto Fernández y anunció que ya había hablado con él para invitarlo a desayunar e iniciar una transición ordenada que culminará el 10 de diciembre.
Un rato antes, en el mismo tono conciliador, María Eugenia Vidal, la gobernadora macrista de la provincia de Buenos Aires que buscaba la reelección, también había felicitado públicamente al candidato de la alianza peronista, Axel Kicillof, quien la venció al obtener un contundente 52,19 % de los votos.
Comentario: El pobre nivel del texto evidencia que ha sido escrito por un macrista. Los macristas, esos supuestos defensores de La República, ahora piden independizar provincias. Padecen de algo llamado posesión ideológica, algo que también afecta a los kirchneristas.
Cada vez aparecen más grupos separatistas en todo el planeta, queriendo disolver los estados-nación por puras cuestiones económicas:
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