Como habrán notado por el título, voy a ir al grano en esta ocasión. El contexto lo es todo en estos días cuando se intenta comprender los grandes acontecimientos geopolíticos.
¡Putin lo hizo!
Sergei Skripal es un ex coronel del ejército ruso que trabajó para la inteligencia militar soviética durante la Guerra Fría. A finales de los 90 fue reclutado por el MI6 como agente doble. En diciembre de 2004, Skripal fue detenido y acusado de "alta traición en forma de espionaje", condenado y sentenciado a 13 años de prisión. En julio de 2010, fue liberado como parte de un intercambio de espías por diez agentes rusos que habían sido arrestados en Estados Unidos como parte del "Programa de los ilegales". El MI6 luego lo ubicó en la ciudad de Salisbury, en el Reino Unido. Ayer lo encontraron en un banco público con su hija de 33 años, Yulia. Ambos se mostraban incoherentes y/o incapacitados. Cuando llegó el personal médico, presuntamente algunos de ellos también se enfermaron.
A las pocas horas de que la pareja fuera encontrada, los medios de comunicación y los políticos británicos decidieron que habían sido envenenados por orden del propio Vladimir Putin, con alguna "sustancia desconocida". Los periódicos británicos lo dijeron, así que debe ser verdad. El Ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, amenazó con nuevas sanciones contra Rusia si se demuestra que envenenó a un agente doble ruso y tildó al país de "fuerza maligna y perturbadora". No se citó ninguna evidencia para respaldar ninguna de estas acusaciones, porque todo el mundo "sabe" que Putin es un dictador despiadado al que simplemente le encanta liquidar a la gente que no le gusta. Los periódicos y políticos británicos lo dijeron, así que debe ser verdad.
¡Lavrov lo hizo!
Para a los desafortunados cretinos que aún se niegan a aceptar la narrativa antirrusa, el gobierno y los medios de comunicación británicos les exigen que recuerden el caso de Alexander Litvinenko, otro ex agente de inteligencia ruso que se convirtió en un agente de inteligencia británico. Litvinenko fue, "como todo el mundo sabe", asesinado en 2006 mediante el polonio que le dieron dos espías rusos bajo las "órdenes directas de Putin". El problema es que
no había, y aún no existe hoy, ninguna prueba sólida de esta afirmación. Pero, ¿quién necesita evidencias cuando se tiene un megáfono propagandístico para aturdir el cerebro del público? De todos modos, los cabeza hueca son muy reacios a la evidencia. Es mucho mejor citar las palabras de personas como
Alexander Goldfarb, activista anti-Putin de larga data, autor del testimonio de Litvinenko en su lecho de muerte que acusaba a Putin, y
promotor de las actividades de "Pussy Riot". Sobre la situación de Skripal, Goldfarb, que era (coincidentemente) un amigo cercano de Skripal,
dijo:
"Cualquier persona razonable pensaría inmediatamente que Rusia tendría la oportunidad, el motivo y una historia previa de este tipo de crimen, por lo que es razonable pensar que estuviera involucrada en este ataque. Este es el modus operandi del Kremlin. Hay muchos precedentes. Lo interesante ahora es que esto sucede justo antes de las elecciones presidenciales de Rusia".
El infame Alexander Goldfarb
El suceso de Skripal, y la forma en que se está reportando, no puede ser entendido excepto en el contexto de la viciosa y persistente campaña de difamación y calumnia que los gobiernos y medios de comunicación occidentales han llevado a cabo contra Rusia durante los últimos años.
Dicho de otro modo, el evento Skripal es simplemente un capítulo más en esa campaña de difamación. Las razones de la histeria antirrusa de Occidente tienen que ver con el hecho de que, en los últimos 10-15 años, Rusia ha resurgido como un poderoso protagonista independiente en la escena mundial capaz de rechazar los viejos planes angloamericanos de control global. A las naciones excepcionales con una seria tendencia megalómana (y a sus lacayos) no les gusta que las hagan retroceder, ni siquiera una pulgada. Cuando no se salen con la suya, y como carecen de los cojones suficientes para emprender una lucha justa, recurren a trucos sucios y campañas de difamación, en las que son muy hábiles.
Comentario: En el video, Brian Becker, coordinador de Answer Coalition, dice lo siguiente: Vea también: ¡Ahora está bien claro! A EE.UU. no le importa la paz con Corea del Norte, sólo quiere que sigan siendo los "locos norcoreanos"