Esta versión en español está basada en una traducción del artículo original en italiano al inglés de Martina NapolitanoCon el virus todo será igual, solo que peor. Pero la tendencia es hacia la bipolaridad entre Beijing y Washington, con Moscú como el centro de poder en la Gran Eurasia que dividirá a Europa: los británicos y los nórdicos con los Estados Unidos, los países de Europa Central y del Sur con los rusos y los chinos.
1) En general, no tengo miedo de hacer predicciones arriesgadas, pero en este caso admito que no tengo la seguridad habitual. El "cisne negro", o coronavirus, ahora se ha agregado a la miríada de problemas conocidos y contradicciones del mundo contemporáneo, un problema grave para muchos países, incluida Italia, aunque desde un punto de vista histórico es una epidemia relativamente clásica.
Pero eso puede influir en la tendencia del crecimiento global en virtud de dos factores. Las clases dominantes de muchos estados aprovecharán el virus para ocultar sus fallas pasadas y justificar su incapacidad para manejar amenazas contingentes, a saber: contaminación ambiental y cambio climático; el rápido empobrecimiento de la clase media y la creciente desigualdad social; El agotamiento del modelo actual del capitalismo se basa erróneamente en un crecimiento constante del consumo.
Si el deseo de esconder y justificar todo esto eleva la epidemia viral al cuadrado, el entorno de (pánico creado por) los medios solo lo hace resistir. Por lo tanto, el coronavirus puede tener consecuencias verdaderamente históricas, pero hoy en día nadie puede predecirlo todavía. No obstante, acepté el desafío de Limes y me aventuraré a esbozar algunas predicciones sobre el desarrollo de las relaciones en el "triángulo" Rusia-China-Estados Unidos, visto desde la perspectiva de Moscú.
Para su conveniencia, comenzaré con el escenario más probable en mi opinión: las tendencias generales que han surgido en los últimos años (desglobalización económica parcial, renacionalización de la política y la economía, competencia creciente entre Beijing y Washington, debilitamiento de la UE y de varias instituciones multilaterales) se verá acelerada por la profunda crisis económica que ya ha afectado a todo el planeta. En resumen,
todo será como antes, solo que peor. El único punto brillante de color en tal pronóstico está representado por la eliminación parcial de los crecimientos parasitarios en el cuerpo de las sociedades y economías contemporáneas: las burbujas financieras y digitales, que han cambiado progresivamente la economía real y la vida, se desinflarán. En el centro regresará la familia, la fe, el estado, la realización personal a través, en primer lugar, del servicio a la sociedad. Las profesiones más nobles incluirán nuevamente las de ingeniero, médico, policía y todos aquellos que producen bienes tangibles y tangibles. Después de todo, incluso en un mundo en desarrollo, estos valores nunca han fallado.
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