Traducido por el equipo de Sott.net en españolA pesar del desesperado modo en que lo representaron los medios, el tsunami creado por el Partido del Brexit de Nigel Farage, de seis semanas de antigüedad, puede arrasar con partidos de siglos de antigüedad que ahora pueden empezar a dividirse en sus partes constituyentes.
Pero primero, unas palabras sobre Farage. Como político populista está perfectamente desarrollado. Alegre, poseído sólo por los vicios ordinarios, afable, comunicador genial. No es ni un filósofo ni un ideólogo, sino que tiene una obsesión férrea: la retirada británica de la Unión Europea.
Perseguida con determinación durante un cuarto de siglo, esta obsesión ha cambiado el curso de la historia de una manera que no ha sido igualada desde el Sr. Churchill en el verano de 1940, Margaret Thatcher y Tony Blair, sin excepción.
Le he criticado en privado por haber abandonado prematuramente la etapa en la que el Brexit se ganó tras el referéndum de 2016, pero en realidad su manejo de los tiempos ha sido perfecto.
Le dio a las élites gobernantes, que conspiran para destruir el Brexit y desafiar a los votantes, la cuerda suficiente. Y ahora se han ahorcado solos con ella.
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