Traducido por el equipo de SOTT.net en españolEn su autobiografía, Carl Jung habla de "un momento de claridad inusual", durante el cual mantuvo un extraño diálogo con algo dentro de sí mismo:
¿En qué mito vive el hombre hoy en día, en su interior? "En el mito cristiano: ¿Vives en él?" (Jung se preguntó a sí mismo. Y para ser honesto consigo mismo, la respuesta que dio fue "no"): "Para mí, no es por lo que vivo." Entonces, ¿ya no tenemos ningún mito, se preguntaba a sí mismo? "No", contestó Jung, "evidentemente no". Entonces, ¿de qué se trata, por lo que vives?, exigió saber su ser interior. "En este punto, el diálogo conmigo mismo se volvió incómodo. Dejé de pensar. Había llegado a un callejón sin salida", concluyó Jung.
Muchos hoy en día, sienten lo mismo. Sienten el vacío. La era de la posguerra -quizás sea el fenómeno de la Ilustración europea en sí mismo- ha llegado al fin de su curso, según la gente. Algunos lo lamentan; muchos más se sienten perturbados y se preguntan qué sigue.
Vivimos en un momento de decadencia de dos grandes proyectos:
el declive de la religión revelada y, simultáneamente, el descrédito de la experiencia de la utopía secular. Vivimos en un mundo lleno de escombros de proyectos utópicos que -aunque estaban enmarcados en términos seculares, que negaban la verdad de la religión- eran, de hecho, vehículos de mitos religiosos."El mundo no funciona a base de globalismo, sino de nacionalismo ilustrado."
Los revolucionarios jacobinos impulsaron el Terror como una violenta retribución para la represión de la élite; inspirada en el humanismo de la Ilustración de Rousseau. Los bolcheviques trotskistas asesinaron a millones en nombre de la reforma de la humanidad a través del empirismo científico; los nazis hicieron lo mismo, en nombre de la persecución del 'racismo científico (darwiniano)'.
El 'mito' milenario estadounidense, entonces y ahora, estaba (y está) arraigado en la ferviente creencia en el Destino Manifiesto de los Estados Unidos, y no es, en última instancia, más que un ejemplo particular de una larga línea de intentos de forzar una discontinuidad demoledora en la historia (a través de la cual la sociedad humana sería reconstruida posteriormente).
En otras palabras, todos estos proyectos utópicos -todos estos sucesores del mito judío y cristiano apocalíptico- vieron a una humanidad colectiva siguiendo su itinerario hasta un punto de convergencia, y hasta algún tipo de Fin de los Tiempos (o Fin de la Historia).
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