OF THE
TIMES
Los acontecimientos tuvieron lugar en 2009. Un hombre de 22 años llevó a una niña de 11 años al parque de Champs-sur-Marne, en las cercanías de París. La desnudó, le pidió que se acostara en el suelo y tuvo relaciones sexuales con la niña. A pesar de su corta edad, la niña quedó embarazada. Tuvo un hijo en 2010.
A la luz de los hechos, el fiscal pidió una sentencia de ocho años. Sin embargo, el tribunal absolvió al hombre. Como no se trató de coerción, amenazas o violencia -el criterio jurídico francés para la violación- no se cometió ningún acto ilícito, según el juez. Por lo tanto, la niña habría consentido implícitamente el acto sexual en el parque, al menos según la corte en cuestión. [...]
El caso también es notable, ya que una noticia muy similar salió a la luz a finales de septiembre de 2017. En ese entonces, el fiscal francés decidió no procesar a un pedófilo de 28 años por violación de otra niña de 11 años. Nuevamente, se argumentó que la joven en cuestión no se había resistido, por lo que se podía hablar de "consentimiento". Sin embargo, el abogado que representaba a la niña dijo que ella "estaba aterrorizada y se sentía avergonzada" y por lo tanto, no había emitido ni un sonido.
Lo que nació en 2004 como un experimento estudiantil ahora es algo mucho más que una herramienta para comunicarnos con familiares y amigos: pasó a convertirse en un fenómeno de unas dimensiones y un poder inimaginables, a una especie de Estado extraterritorial, gobernado por gente a la que nadie eligió pero que se siente cómoda en ese imaginario trono.
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Comentario: ¡Pero qué futuro nos espera si este tipo de barbaridades se vuelven cada vez más normales y se trata de "monstruos" a quienes tienen la sensatez de criticarlas!
Vea: El declive de la civilización occidental: La "fluidez de género" como presagio del infierno posmodernista y Postnihilismo: Una plantilla del futuro al que nos dirigimos