Traducido por el equipo de Sott.net en españolLa Copa Mundial de Fútbol en Rusia ha arrancado de manera espectacular, ofreciendo un festival de fútbol en medio de la atmósfera especial y única que genera este evento cuatrienal. Aficionados de todos los rincones del mundo han estado llenando los estadios, algunos de ellos construidos a la medida para el evento, recordándonos que, a pesar de nuestras diferencias, somos una sola familia humana.
Sin embargo, no todo el mundo está contento. Para los rusófobos y los neoconservadores, el éxito de la
Copa Mundial en Rusia es algo que hay que lamentar en lugar de celebrar, ya que interfiere de tal manera en su implacable demonización de un país, Rusia, que se niega a aceptar su lugar como una potencia subalterna que alberga valores culturales retrógrados, en relación con Occidente.
De hecho, dada la intensidad de la campaña antirrusa que ha tenido lugar en los principales medios de comunicación occidentales en los últimos años, muchos de los que siguen la Copa Mundial se habrán sorprendido al saber que, sí, el sol también brilla en Rusia; y que, sí, su gente no está oprimida ni vive en gulags.
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