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¿Huelga o lockout?Hace ya un tiempo viene creciendo en Brasil la idea de la militarización del país, siendo el candidato presidencial Jair Bolsonaro uno de los más fervientes simpatizantes de un gobierno militar y quien ha respaldado lo que llama el "partido del Ejército que se llama Brasil". El gobierno no electo de Michel Temer no tiene respaldo público y las élites que han llevado a cabo el golpe contra el Partido de los Trabajadores tampoco tienen un candidato viable. Sin embargo, el ex capitán Bolsonaro figura como posible ganador en las elecciones sin Lula da Silva. Teniendo esto en mente, resulta llamativo que los camioneros que están realizando esta huelga y causando un sinnúmero de problemas para la sociedad civil brasilera sean simpatizantes de este líder político militar y que, convenientemente, la única "solución" sea la intervención militar", justamente lo que querría Bolsonaro.
Esta medida de fuerza realizada por empresarios, que probablemente aportan dinero para garantizar una logística costosa, no puede confundirse con "una huelga de trabajadores", explica el abogado laboralista Normando Rodrigues, asesor de la Federación Unica de los Petroleros. Pero parte de las decenas de miles de participantes en los piquetes son camioneros "autónomos", dueños de sus unidades, y choferes (algunos presionados por sus jefes) por lo cual este paro tampoco es un "lockout" clásico. Aunque se le parece.
El caso es que ninguna de las huelgas organizados por los sindicatos de trabajadores desde el inicio del gobierno temerista tuvo la potencia de este "lockout" heterodoxo. Perjudicados por la contra-reforma laboral los sindicatos están a la defensiva. Son víctimas de la represión de la policía y la amenaza de unas fuerzas armadas educadas para reprimir organizaciones populares. En mayo de 2017 fueron movilizadas contra un concentración gremial realizada en Brasilia. Ahora los militares tendrán que entrar acción y demostrar su disposición de poner orden contra camioneros que en buen número son simpatizantes del candidato presidencial y ex capitán Jair Bolsonaro. Uno de los piqueteros dijo a radio CBN que para acabar con la corrupción de Temer lo mejor sería "la intervención militar".
Comentario: Las mujeres y los hombres somos diferentes, punto. Los izquierdistas postmodernos deberían superarlo. Celebremos nuestras diferencias y complementémonos.
Para aquellos que creen que el género es una construcción social, y que no hay diferencias entre los cerebros de hombres y mujeres, el siguiente documento es una especie de verificación de la realidad. El equipo de investigación de la Universidad de Edimburgo, dirigido por Stuart Ritchie, demuestra que el cerebro de los hombres es sustancialmente diferente al de las mujeres: